La población de Cádiz ha experimentado un importante envejecimiento en poco más de un año y medio, acentuando el cambio de la pirámide poblacional que está experimentando la capital desde hace dos décadas y que ha llevado a igualar el número de población joven, hasta los 25 años, con el de mayores de 65 años.

Comparando el último dato oficial ofrecido por el INE, el Institución Nacional de Estadística, y que refleja datos a 1 de enero de 2013, con los aportados por el propio Ayuntamiento con fecha del 2 de septiembre pasado, sigue el descenso de los grupos de menor edad de la población mientras se incrementan los más mayores: en este periodo de tiempo se ha pasado de tener 57 vecinos ya centenarios a 65 que ya habían superado los cien años en septiembre de 2014.

Así, en el grupo de hasta 5 años de edad, la última estadística disponible deja el número en apenas 4.345 pequeños, cuando en enero de 2013 había censados 4.762, lo que supone más de 400 niños menos, con lo que ello supone de impacto para el desarrollo futuro de la ciudad e incide ya directamente en la demanda de plazas escolares.

En los siguientes grupos de la pirámide de población se mantiene esta perdida entre un año y otro y eleva al grupo comprendido entre los 55 y 60 años de edad el de mayor población en el Cádiz de 2014, con 9.913 vecinos, cuando en enero de 2013 era el grupo entre los 45 y los 50 años, con 9.468 empadronados.

Esta tendencia a la baja entre la población más joven ha provocado que por primera vez en la historia el colectivo entre 0 y 25 años, que garantiza la renovación en una sociedad, tenga el mismo número de miembros que los mayores de 65 años. En el inicio de este septiembre había censados en Cádiz 26.733 vecinos menores de 25 años, un millar menos que en 2013, mientras que los que han superado ya la edad de jubilación había ya 26.298, mil más que en la última estadística oficial. La comparación es aún más alarmante si retrocedemos a 2007. En aquel año los jóvenes eran 32.306 (6.000 más que ahora) y los mayores 22.235 (4.000 menos que en 2014).

Este movimiento de población incide, lógicamente, en la vida del día a día de la ciudad y en su propio desarrollo. Que exista una población mayor, y que cuenta con un ingreso fijo por la jubilación, supone un claro colchón para la propia familia que, en muchos casos, tiene a parte o a todos su miembros en el desempleo. A la vez, la reducción en el número de jóvenes acaba afectado a la propia vitalidad de la ciudad pues debe ser su motor económico a medio y largo plazo. Además, se toca de lleno a equipamientos de ocio, cultura y deportivos propios de estas edades, con un menor uso, mientras que se plantean servicios asistenciales para los más mayores. En este sentido, Cádiz ya está sufriendo el cierre de plazas escolares mientras se incrementan las necesidades de plazas en las residencias de la tercera edad.

Frente a estos cambios tan evidentes, hay una cifra que llama especialmente la atención: el 2 de septiembre de 2014 estaban empadronadas en Cádiz 122.877 personas. Teniendo en cuenta que el 1 de enero de 2013 había 122.990 vecinos censados, el descenso en todo este periodo de tiempo ha sido mínimo. A la espera de datos oficiales, que en todo caso corresponderán a 1 de enero de 2014 (y que serán públicos por el INE el próximo mes de diciembre), supone una más que destacable ralentización en el proceso de pérdida de habitantes que viene sufriendo Cádiz desde 1994, con más de 30.000 vecinos menos desde entonces, y rompiendo una racha de descenso de un millar al año.

Con todo, el último Censo de Población y Vivienda elaborado por el INE (en 2011) ponía sobre la mesa el peculiar dinamismo de la sociedad gaditana al unir a la población residente la que se denomina 'población vinculada no residente'. Con esta última Cádiz contaría con una población de 204.303 habitantes, 80.000 más que la que está empadronada. Por contra, Jerez, que cuenta con 211.299 vecinos, apenas aumentaría en 32.000 personas más.

Esta es una de las cuestiones en la que más incide el Ayuntamiento: vivimos en una ciudad con un término de doce kilómetros cuadrados de los que apenas cinco pueden estar habitados y que cada día recibe a miles de personas que trabajan aquí (especialmente por ser la administración pública) o que acuden al Hospital, a hacer compras o de ocio.