El Archivo Histórico Provincial de Cádiz dedica su último documento destacado al origen de la actual Barriada de la Paz, 43 hectáreas de terrenos ganados al mar entre la factoría de Astilleros y Puntales, en la zona de Los Corrales, en las que en 1968 se inauguró el primer grupo de edificios, conocido como las 1.000 viviendas, que fueron el germen de un nuevo barrio, de una barriada que iba a denominarse Arrese, en honor del entonces ministro de Vivienda, pero que acabó llamándose de la Paz por la celebración franquista de 1964 conocida como ‘25 años de paz’.

Avelina Benítez Barea, técnica del Archivo gaditano, firma este interesante documento que se nutre de los fondos de la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura que se custodian en el edificio de la calle Cristóbal Colón: “El Proyecto de 1.000 viviendas subvencionadas en el polígono Los Corrales que conservamos en el fondo de la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura se complementa, dentro del mismo, con la documentación referente a los expedientes de cada una de ellas y los beneficiarios que fueron agraciados con su adquisición; en su mayoría, vecinos de la propia ciudad, que residían en casas hacinadas o en malas condiciones en barrios del casco antiguo”, se explica en el texto.

“El Proyecto que custodiamos en nuestro archivo –prosigue el documento destacado– está firmado por los arquitectos Rafael Arévalo Camacho y Luis Marín y del mismo encontramos dos ejemplares: el inicial, redactado en 1964, y el proyecto reformado, de 1966. Se trata de un proyecto integral que contempla al mismo tiempo las viviendas y la urbanización de la zona en la que estas se ubican. Por ello, resulta especialmente interesante la abundante planimetría que aporta, tanto de los diferentes tipos de viviendas: sus canalizaciones, disposición, detalles y características; como del entorno: calles de tránsito, peatonales y jardines. Igualmente interesante es toda la documentación de tipo económica sobre presupuestos y mediciones, ya sean para la estructura y cimentación de los bloques en el terreno como para las viviendas particulares en sí”.

Varios fueron los tipos de viviendas que se contemplaron en esta primera fase de la futura Barriada de la Paz, que se clasificaron en tres clases o grupos: “Esta primera fase se centra en la construcción de 685 viviendas de clase A, 225 de clase B y 90 de clase C. Las viviendas de clase A se distribuyen en 580 de tres dormitorios, 100 de cuatro dormitorios y 5 viviendas de vigilante de manzana. Las de tres dormitorios están agrupadas en bloques de cinco plantas de altura, con dos viviendas por planta. En estos bloques todas las habitaciones y servicios ventilan al exterior. Las de cuatro dormitorios están agrupadas en bloques de idénticas características que las de tres”.

El documento también rescata el proyecto de los otros tipos de casas: “Las viviendas de clase B se distribuyen en 132 de tres dormitorios, 88 de cuatro dormitorios y cinco viviendas para porteros. Las de tres dormitorios se agrupan en tres bloques de 44 viviendas, según el esquema de cuatro viviendas por rellano y caja de escaleras, con 11 plantas de viviendas y planta baja exenta, en la que únicamente se dispone el portal y la vivienda del portero. Las de 4 dormitorios están dispuestas en dos bloques de idénticas características que los anteriores. Las viviendas de portero, una por bloque y de dos dormitorios, están situadas en la planta baja”.

“Las viviendas de clase C, de tres dormitorios, están dispuestas en dos bloques de 44 viviendas, de características idénticas a las de los bloques de clase B. Se completa el proyecto con dos viviendas de portero, una en cada bloque y de dos dormitorios”, señala el documento del Archivo.

El relleno de la actual Barriada de la Paz ocupó 43 hectáreas.

Y concluye: “La fisonomía actual de la Barriada de la Paz es el resultado de las diferentes fases constructivas realizadas a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y, lógicamente, por su dilatación en el tiempo, difiere mucho de la proyectada inicialmente en 1957 para el Plan parcial de ordenación urbana de Los Corrales. Nosotros nos hemos ocupado del primer proyecto que se materializó y que cambió radicalmente el aspecto de una zona que ya nunca más sería la misma y que a nivel social, sobre todo, supuso para muchos gaditanos un avance importantísimo en sus expectativas y aspiraciones vitales en una ciudad en expansión. El proyecto no es solo un proyecto arquitectónico y urbanístico, es un proyecto social en el que se deja entrever el modelo de sociedad que se pretende, con la familia como eje principal, y donde todo favorece las buenas relaciones entre los vecinos y la comunidad”.