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Coronavirus | Cádiz

Vuelta segura y con muchas ganas a las aulas de la Universidad de Cádiz

  • Los estudiantes regresan poco a poco a las clases presenciales para acabar en un mes y medio el curso más atípico de toda su historia académica

  • Algunos confiesan que tantos meses de estudio en casa les ha afectado sicológicamente hasta provocarles ansiedad

Alumnos en los claustros de la Facultad de Filosofía y Letras, ayer por la mañana.

Alumnos en los claustros de la Facultad de Filosofía y Letras, ayer por la mañana. / Jesús Marín

“Teníamos muchísimas ganas de volver”, dice Carmen Manzano, estudiante del doble grado de ADE y FICO (Administración de Empresas y Finanzas y Contabilidad) en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Cádiz y residente en Jerez. “Tantos meses sin clases presenciales nos han afectado sicológicamente a todos, porque como que todo el mundo seguía con su vida, salía a la calle; para ir a clase, los niños, y para ir a trabajar, los mayores. Y mientras tanto, los universitarios estábamos encerrados en casa delante de una pantalla de ordenador una media de cuatro a ocho horas diarias y sin poder salir. Y si salías un rato, estabas todo el rato pensando: no puedo, debía quedarme estudiando. A mi, especialmente, esta situación me ha dado ansiedad. Y no soy la única. Conozco compañeros que han tenido muchos problemas sicológicos por eso; porque mientras todo el mundo seguía con su vida, nosotros seguíamos parados”. Irene Urrutia, también de Jerez, y Abraham Puerto, de Chiclana, asienten y comparten el relato de su compañera Carmen.

Un miembro de la comunidad universitaria entra en la Facultad de Económicas. Un miembro de la comunidad universitaria entra en la Facultad de Económicas.

Un miembro de la comunidad universitaria entra en la Facultad de Económicas. / Jesús Marín

Los tres se incorporaron el lunes a las clases presenciales. Como el resto de los alumnos de la UCA, no pisaban la facultad desde octubre o noviembre del año pasado. Un regreso bajo unas estrictas normas preventivas que emanan de una resolución del rector, Francisco Piniella, del pasado 21 de marzo, que responde a un acuerdo de todas las universidades andaluzas y que pretende garantizar la seguridad de alumnos, profesores y personal no docente, cuya reincorporación a las aulas se está produciendo con total normalidad. Así lo corroboran todos los miembros de la comunidad universitaria consultados por este periódico en un minisondeo hecho ayer a pie de tres facultades del campus de Cádiz. Y así lo confirma José Ramón Martínez Tabares, director del Servicio de Prevención y Coordinador Covid de la UCA, quien aclara que la resolución, que permite la teledocencia, en función de los planes de estudio de cada titulación, siempre está supeditada a la evolución de la pandemia.

Los alumnos tienen que escanear un código QR a la entrada y a la salida del aula

“Las medidas de prevención están bien: hay separación en las aulas, las clases están muy limpias y los baños, impolutos. Las limpiadoras pasan cada poco tiempo a limpiarlos y desinfectarlos”, apuntan los tres alumnos en cadena. “Las aulas están ventiladas, con un aforo máximo del 50% que garantiza la distancia interpersonal, Y con los códigos QR en las mesas para detectar si hay algún caso positivo”, subraya Carmen. Los estudiantes solo pueden sentarse en las mesas donde están colocados. Escanean con su móvil el código al entrar y al salir, de manera que se informatiza quién se ha sentado en cada mesa y qué compañeros estuvieron más cerca. “Si alguien que ha estado al lado mía ha dado positivo en algún momento, se ponen en contacto conmigo y, en prevención, tengo que ponerme en cuarentena”, aclara Carmen.

En Económicas, además, el límite del aforo al 50% se está aplicando con la asistencia de los alumnos en semanas alternas: los pares van una semana y los impares, otra. Ayer, en la clase de Carmen solo hubo siete compañeros. Pero hay grupos de 50 y hasta de 100, a los que, lógicamente, también se les aplica la limitación del 50%, se apresura a dejar claro Abraham. “Entendemos esta medida, pero preferimos las clases presenciales completas o que sean todas online. Esto de que sean semipresenciales es un poco coñazo porque a quien se queda en casa le perjudica mucho no tener al profesor delante, que está en contacto directo con algunos compañeros y contigo no”, matizan. “Pero lo peor sigue siendo el transporte público. Yo cojo el tren y esta mañana venía al 120% de aforo, con gente de pie, un descontrol superdenunciable”, se queja Carmen.

Se han instalado unos 350 detectores de CO2 en las aulas, que están siempre monitorizados

A la presencialidad rotativa, que cada facultad aplica según las características de sus titulaciones las y dimensiones de las aulas de sus centros, se añade, además del sistema de seguimiento por código QR, del establecimiento de recorridos de entrada y salida, de la señalización, de los dispensadores de gel hidroalcohólico, de la ventilación cruzada en las aulas y de más de 200 cribados en el campus de Puerto Real, la instalación de 350 detectores de CO2 en aulas y salas, que están permanentemente monitorizados, explica el coordinador Covid de la UCA. Un trabajador muestra a este periódico los de un aula de la Facultad de Ciencias del Trabajo, a donde los alumnos asisten todos los días a clases presenciales respetando la limitación del 50% porque sus dimensiones así lo permiten. “Todo está desarrollándose con total normalidad y si nos hace falta el aprovisionamiento de algún material, enseguida se nos facilita”, asegura el mismo trabajador. La obligatoriedad de comunicar al Centro de Atención al Usuario (CAU) si se ha estado en contacto estrecho con algún positivo cierra el paquete de medidas preventivas.

Alumnos en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras. Alumnos en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras.

Alumnos en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras. / Jesús Marín

“Es como si hubiésemos vuelto al principio del curso. Las medidas son las mismas que entonces: el código QR, la distancia, la limitación de aforo... Parece que todo bien, la verdad”, comenta Olga Popova, alumna del Máster en Comunicación Internacional en la Facultad de Filosofía y Letras. Pero, ¿merece la pena volver a las clases presenciales cuando apenas si queda un mes y medio de curso? “En mi opinión quizá hubiese sido mejor quedarnos en casa”, apunta Olga. Algo en lo que está de acuerdo su compañera de máster, Anastasia Bychkova, a quien sólo le queda una asignatura para finalizarlo.

A día de ayer no se había producido ninguna incidencia, según confirmaron fuentes de la UCA.

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