Adiós a uno de los emblemas de la hostelería gaditana. La hamburguesería La Huella cierra sus puertas por la jubilación de su propietario y el famoso negocio se despide para siempre, a punto de cumplir los 35 años de existencia, dejando huérfanos a los gaditanos de su comida rápida de calidad.

El restaurante abrió por primera vez el 18 de noviembre de 1988 en la calle Plocia, ubicación que nunca abandonó desde sus inicios. La Huella comenzó en un pequeño local que hoy es una tienda de souvenirs, entre el estanco y la peluquería y barbería Virogas, que en su momento acogió otra mítica hamburguesería, el Saray.

Tras tres años de trabajo, vieron recompensado su esfuerzo con el favor de los gaditanos y por ello se trasladaron a un local más grande, en el que ahora se sitúa La Bodeguita de Plocia. En este espacio pasaron gran parte de su trayectoria laboral, pues fue en 2009 cuando cambiaron a la que ha sido su última localización.

En el número 3 de la calle Plocia, La Huella ha vivido días de grandes colas para coger sitio en su interior y su terraza y ha visto como su buen hacer contaba con el favor de vecinos y visitantes. Aquí ha dicho adiós a una carrera plagada de éxitos con una plantilla que ha trabajado unida durante muchos años y que dejará huella en el paladar de los gaditanos.

Para el amplio local que se queda vacío ya se plantea la apertura de otro negocio de hostelería que nada tendrá que ver con una hamburguesería y que vendrá a completar la oferta de una calle plagada de bares y restaurantes.