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Patrimonio

La Catedral de Cádiz, libre de Coronavirus

  • El Cabildo está realizando una minuciosa labor de limpieza y desinfección del templo, siguiendo recomendaciones específicas para el tratamiento de bienes culturales

Una operaria de la Catedral limpia, este lunes, una barandilla

Una operaria de la Catedral limpia, este lunes, una barandilla / Jesús Marín

El pasado 13 de marzo cerró sus puertas a los visitantes que a diario recorrían sus naves y capillas; y días después cerró de manera definitiva al suspenderse también el culto dominical. Pero en el interior de la Catedral sigue habiendo vida, pese al coronavirus. Precisamente con motivo de la epidemia del Covid-19, el Cabildo Catedral está siguiendo un minucioso proceso de limpieza y desinfección en el primer templo de la diócesis, que a su vez es con diferencia el monumento más visitado de la ciudad.

Según informa el Obispado, ya desde el mismo día 13 de marzo en que se decidió cerrar la iglesia a las visitas, se establecieron “una serie de medidas esenciales de inspección y supervisión de las instalaciones y el entorno del templo catedralicio y Museo Catedral”, para garantizar su conservación pese al cese de la actividad. Y a este plan se ha sumado también un cuidadoso proceso de limpieza y desinfección para garantizar que la Catedral es un edificio libre de coronavirus.

En esta labor son dos las fuentes de información en la que se han basado los responsables del templo. Por un lado, las medidas que el Ministerio de Cultura ha establecido para la conservación de bienes culturales en este tiempo de pandemia; y por otro, el asesoramiento directo de los restauradores gaditanos Pilar Morillo y Álvaro Domínguez, que han intervenido un buen número de obras del tesoro catedralicio y que han dado in situ las instrucciones oportunas al personal de limpieza y mantenimiento. De hecho, como trasladan desde el propio Cabildo, “ya antes del estado de alarma el cuidado de la Catedral estaba supervisado por sus asesores de restauración, lo que ha facilitado mucho las tareas de limpieza y desinfección”.

Estas indicaciones cobran importancia teniendo en cuenta, que “la utilización de productos corrosivos que además generan residuos muy dañinos, como la lejía, el amoniaco y los detergentes, está totalmente contraindicada por lo que no se deberían emplear en conjuntos monumentales, edificios históricos, yacimientos arqueólogicos, objetos, etcétera”, tal y como advierte Cultura en el documento de indicaciones que hizo público a raíz del decreto de estado de alarma.

Lo más importante de estos trabajos es que las obras de arte no hay que tocarlas. O mejor dicho, no hay que limpiarlas de ninguna forma y mucho menos aplicar cualquier producto sobre ellas. Dice el Ministerio de Cultura que después de más de un mes cerrado al público, “la existencia actualmente del virus en el ambiente de estos espacios es poco probable”, por lo que desaconseja por completo “realizar fumigaciones o pulverizaciones generalizadas”.

Además, indican los técnicos del Ministerio que el riesgo de contaminación de los bienes culturales muebles “es prácticamente nulo”; y en el caso de que se detectara en alguna obra de arte y evitar su deterioro, la mejor solución “siempre sería su aislamiento durante tiempos que varíen de tres a nueve días según la bibliografía consultada”.

Cómo se limpia la Catedral

Teniendo todo esto en cuenta, el Obispado desgrana el meticuloso proceso que se está siguiendo en la limpieza del interior de la Catedral y del museo de la Casa de la Contaduría. Etanol disuelto al 70%, o una disolución de jabón neutro en agua, para la desinfección de suelos, mostradores o pomos -siempre que no tengan valor histórico-artístico- y para el exterior de vitrinas y cristales. El interior de las vitrinas no se toca “ya que su acceso es puntual y solo por el personal especializado de la institución”, como establecen las recomendaciones del Ministerio.

Y para el exterior de la Catedral y del museo, “una disolución de etanol al 70% en agua proyectada a baja presión evitando el rociamiento directo de los zócalos” a menos de un metro de distancia en todo el entorno; y la desinfección de paredes, puertas y columnas “a una altura de dos metros”.

No obstante, en caso de que exista cualquier duda sobre cómo tratar alguna superficie o espacio de estos dos edificios históricos de alto valor patrimonial, la instrucción que tienen los trabajadores es consultar “con los profesionales del ámbito de la conservación-restauración”,siguiendo esas directrices de Cultura.

Todo ello, señalan también desde el Obispado, con las correspondientes medidas de protección para las personas encargadas de la limpieza, de forma “que garanticen la seguridad del personal trabajador”. Guantes, mascarillas y pantallas de protección.

“El tiempo que lleva cerrada la Catedral debido a la pandemia no significa que este 'inactiva'; personal de limpieza y de mantenimiento cuidan de ella cada día para ofrecer, esperemos que pronto, esta joya de Cádiz a los gaditanos y foráneos”, concluyen desde el Cabildo Catedral.

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