El Castillo de San Sebastián se abrirá a las visitas a partir de agosto

La alcaldesa visitó ayer las obras de remodelación de la fortaleza, que en estos momentos se encuentran al 30% del total y que ha supuesto una inversión de más de 12 millones de euros

Pedro M. Espinosa / Cádiz

19 de julio 2012 - 06:47

Desde el Castillo de San Sebastián Cádiz ofrece una imagen casi inédita. Por momentos da la sensación de que una minúscula porción de tierra se ha separado del continente y se adentra mansamente en el mar, dejando postales de La Caleta en bajamar, de los baluartes de Santa Bárbara, Los Mártires, San Roque, del litoral que discurre recto y elegante. Incluso, desde lo más alto de la fortaleza, se ve a lo lejos la cúpula de la Catedral o las estructuras de los dos pilares más altos del segundo puente, allá en la Bahía, justo en el otro lado de la ciudad.

El Castillo de San Sebastián, y la avanzada de Santa Isabel, donde más se nota la reforma, podrá comenzar a ser visitado por los ciudadanos a partir de primeros de agosto. Así al menos lo adelantó ayer la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, durante la visita que realizó a uno de los equipamientos que debía ser estrella dentro de los actos del Bicentenario y cuya reforma ha sufrido los envites de la crisis económica. Después de muchos proyectos, se decidió que eran necesarios 30 millones de euros para los trabajos, aunque hasta la fecha sólo se han invertido 12.800.895, de los que unos 11 se han dedicado en exclusiva a la reforma de las casamatas, que se han convertido en lugar expositivo y donde hay espacio para dos cafeterías y un restaurante.

Tras penetrar en la fortificación se observa cómo la reforma ha ido desde la Avanzada de Santa Isabel hacia el malecón, por eso las troneras del Castillo de San Sebastián propiamente dicho, el más pequeño y cercano a la costa, aún están por arreglar. Pepa Leza, la arquitecta encargada de los trabajos, nos explicó que en estos momentos están trabajando en unas garitas que preceden a la explanada central, donde se alza la torre de artillería debajo del cual se ha mantenido el polvorín. En un principio se barajó la posibilidad de derribar esta estructura, aunque finalmente lo que se ha hecho ha sido reformar su exterior para que no desentone con el conjunto.

El Castillo de San Sebastián es ya, tal cual, un atractivo turístico más de la ciudad, al menos en los meses de verano, donde la meteorología permite un acceso fácil. La alcaldesa insiste en su idea de hacer funcionar un tren eléctrico que podría dar la vuelta en la explanada y que al menos desplazaría a los visitantes hasta la avanzada de Santa Isabel. "A este espacio no le faltan muchos añadidos porque cuenta con unas vistas bellísimas y es ideal para hacer actividades al aire libre", dijo Teófila.

Actualmente se ha construido un paseo que arranca en la explanada y que sube por encima de las casamatas, bordeando el castillo y dejando al visitante disfrutar de todo su esplendor. En la zona que da a mar abierto se han dejado las huellas de las piezas de artillería que recuerdan la ocupación por el Ministerio de Defensa.

Una vez que se acabe con la avanzada de Santa Isabel se empezará con el Castillo de San Sebastián, que allá por el 1600 acogió a los navegantes italianos que llegaron a Cádiz afectados por la peste y que pasaron la cuarentena entre sus gruesos muros. En agradecimiento, los supervivientes de la epidemia trajeron posteriormente al Castillo una imagen de la Virgen del Buen Viaje, que Teófila Martínez reclamó a Defensa y que en estos momentos se encuentra en su despacho. "Una vez que el Castillo sea reformado se traerá aquí y se colocará en una hornacina para que pueda visitarse", comentó la alcaldesa.

A la izquierda de la explanada, en las primeras casamatas, se abren las reservadas a hostelería, a un restaurante y dos cafeterías que pueden funcionar independientemente y que dan paso a la zona expositiva. Los muros de esta se han tratado con mortero de cal, ya que los gruesos muros no pueden pintarse de manera homogénea. La arquitecta explicó que se han construido canales para que salga el agua y que los muros se vayan secando, permitiendo la transpiración.

Al final de las casamatas se abre un luminoso espacio circular donde Pepa Leza explicó algunas de las actuaciones que se han llevado a cabo en el Castillo, como son "la recuperación del paseo perimetral, las casamatas, el restaurante y las dos cafeterías, las zonas expositivas independientes, la impermeabilización de la cubierta o el resecado de los muros". También se ha aprovechado para canalizar todo el complejo, con lo que cada fase siguiente no romperá la anterior.

A partir de ahora quedan dos o tres fases en la isla de San Sebastián: la primera se ocupará del tramo derecho, luego se emprenderá el izquierdo, se restaurarán las troneras y pasillos de arriba, mientras que por último las portadas, tanto la de San Sebastián como la de Santa Isabel, tendrán que tener mano de obra especializada.

Martínez recordó que el Ayuntamiento y Defensa firmaron el 3 de diciembre de 1998 una declaración de intenciones, previa a un futuro convenio, por la que se autorizaron las visitas controladas a los terrenos del castillo como acción previa a la cesión a la ciudad.

En septiembre de 2000, el Ministerio de Defensa comunicó que el Castillo iba a ser desalojado en breve y que sería conveniente que el Consistorio asumiese la custodia y vigilancia del inmueble, para que no ocurriera como en Santa Catalina, "que se expolió entre los años 94-95".

El 30 de enero de 2007 el Ministerio de Medio Ambiente solicita que se aporte el proyecto básico justificativo de los usos del Castillo para proceder a la tramitación de la concesión administrativa de ocupación de bienes de dominio público marítimo terrestre, y el 13 diciembre de ese mismo año "convencimos a Fernández de la Vega para que el Castillo se integre, con una posición privilegiada, entre los equipamientos que conformarán el Bicentenario", recordó la alcaldesa, que siguió diciendo que el Estado mostró su apoyo al proyecto de restauración de la fortaleza tras recordar que fue ella misma la que le trasladó la necesidad de actuar en la misma. En ese momento, De la Vega llegó a hablar de "un gran espacio sociocultural para los ciudadanos". "Si desde 2007 se hubiera hecho por fases, ahora estaría terminado", comentó Teófila, "pero por los avatares de la obra, ahora está un tercio ejecutado del proyecto final, del que se rebajó a 30 millones de euros, que nos permite usarlo. Hay una parte que se puede usar, este verano el Consorcio y el Ayuntamiento haremos los conciertos y una exposición: Interiores robados", dijo.

Donde estaba el helipuerto, es donde el Ayuntamiento desea que se coloque la zona operativa de servicios de emergencia y que sirva a su vez para el giro de los trenes eléctricos que acercarían al visitante, "y que tendrá un uso compatible con el peatonal, ya que van despacito. Todo es cuestión de aplicar la lógica", dijo Teófila. "Vamos -continuó- a ir dotándole, de la mano del Gobierno, de un uso, ya estamos trabajando con el Ministerio para rehabilitar por fases hasta la consecución final. Después de conciertos, se abrirá el Castillo a las visitas hasta que llegue el mal tiempo".

Por último indicó que "esto ahora lo gestiona el Consorcio, después veremos a ver qué se hace, porque el mantenimiento es muy importante, también va a conllevar muchos ingresos. Yo ayudo en la consecución de los proyectos que no dependen del municipio pero que sé que son buenos para la ciudad, peleo donde me tenga que pelear, pero hasta que no tenga la responsabilidad no me puedo posicionar", concluyó.

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