Las obras del carril bici por el Paseo Marítimo, que afronta ya sus últimos metros, se ha topado con un imprevisto sorprendente. Los trabajos de retirada del viejo asfaltado han abierto un socavón que ha sacado a la luz una parte de las antiguas duchas del viejo paseo.

Cuando funcionaban aún las casetas de mampostería y de madera, derribadas a mediados de la década de los años ochenta del pasado siglo, se contaba con unas dependencias donde los bañistas podían ducharse y cambiarse de ropa.  Este equipamiento ha permanecido oculto durante estas tres décadas. No se tapó ni con tierra ni con hormigón, cuando se construyó el nuevo Paseo, lo que ha permitido, como se puede ver en el vídeo que acompaña esta información, mantener casi intacta una de las salas de los aseos. Es casi un milagro que el firme no se hundiese con el paso continuado de vehículos por la zona. 

El terreno ha sido acotado y en los próximos días se procederá a rellenarlo con un mortero especial que, lógicamente, evitará hundimientos pero que permitirá una actuación menos traumática si en algún momento hay que instalar cualquier tipo de canalización.