Banquete a los héroes del Callao

Historias de Cádiz

Regreso de la fragata Villa de Madrid a Cádiz en 1866 tras la campaña del Pacífico l Cena de gala ofrecida por el Gobierno en el Teatro Principal de la calle Novena

Fragata Villa de Madrid al mando de Claudio Alvargonzález
Fragata Villa de Madrid al mando de Claudio Alvargonzález / Biblioteca Nacional
José María Otero

Cádiz, 05 de junio 2022 - 11:42

En la mañana del 4 de noviembre de 1866 la Torre de Tavira anunció a todos los gaditanos que la fragata Villa de Madrid se encontraba a la vista, dispuesta a entrar en la bahía. Era el primer buque de la escuadra de Méndez Nuñez que regresaba a la península tras la victoriosa campaña del Pacífico. Una victoria conseguida con enormes sacrificios y privaciones y que costó infinidad de bajas. La Villa de Madrid, al mando del capitán de navío Claudio Alvargonzález, había salido de Cádiz el 6 de septiembre de 1864y regresaba más de dos años después con 74 bajas, producidas en los combates de Abtao y el Callao y por la durísima campaña soportada. En su viaje de regreso, a vela, tuvo que cruzar el Cabo de Hornos con las averías sufridas en la campaña y con el escorbuto de parte de la tripulación.

El Gobierno de Isabel II ordenó a las autoridades de Cádiz que organizaran toda clase de festejos y celebraciones en honor de los bravos marinos. Era alcalde corregidor de Cádiz en esas fechas Francisco de Paula Párraga, y secretario de la Alcaldía Constitucional, el eminente literato Adolfo de Castro. A la pluma de este último se debe, evidentemente, el florido bando que fue fijado en los sitios más concurridos de la ciudad invitando a todos los gaditanos a sumarse a los homenajes a la Villa de Madrid y a sus valientes tripulantes.

Tras el aviso de la Torre Tavira, miles de gaditanos acudieron en masa a las murallas para ver la entrada de la fragata. Víctor Caballero, autor de un folleto sobre el recibimiento a la Villa de Madrid, relata que el comercio de Cádiz cerró sus puertas y que todos los vecinos quisieron acudir a dar la bienvenida a los marinos. Desde la muralla, casas y azoteas se agitaban pañuelos y cientos de botes, repletos de público, acudieron a escoltar al barco hasta que fondeó frente a la Punta de la Vaca.

Las autoridades, civiles y militares, rompieron el protocolo y no esperaron a que el comandante de la fragata bajara a tierra y las cumplimentara, como señalan las ordenanzas. El capitán general, héroe de Trafalgar, Casimiro Vigodet, no quiso esperar y subió a bordo para abrazar a Alvargonzález. El Ayuntamiento, por su parte y en pequeños botes, acudió bajo mazas y con batidores.

Hubo fiestas y agasajos de todo tipo, como nos relata el citado Víctor Caballero. El Gobierno ordenó al gobernador civil, Francisco Belmonte, que ofreciera un banquete de gala al capitán de navío Alvargonzález y a sus oficiales. Belmonte consideró que el palacio de la Aduana era pequeño para la ocasión y el banquete fue organizado, en colaboración con la Diputación, en el Teatro Principal, situado en la calle de la Novena.

Los expertos carpinteros del Hospicio Provincial fueron los encargados de preparar el teatro, colocando la mesa presidencial en el escenario. En los palcos fueron colocados letreros con los nombres de todos los buques de la Escuadra de Méndez Nuñez. Bajo un dosel, los retratos de la Reina Isabel II, su esposo y el Príncipe de Asturias.

El menú, lista de los platos que habían de constituir la comida, fue redactada en español, rompiendo la costumbre existente hasta entonteces en los banquetes oficiales de redactarlo en francés. En esta lengua únicamente se puso los nombres de ciertos manjares así admitidos por el uso. Esta novedad fue muy celebrada por todos los asistentes. Mariano Pardo de Figueroa, doctor Thebussem, presente en dicho banquete, asegura en ‘La mesa moderna’ que el menú servido en el Teatro Principal en honor de la Villa de Madrid fue pionero en este sentido.

El menú fue el siguiente:

-Sopas. Puré de chícharos verdes. Consomé Imperial y Vino de Jerez.

-Filete a la Financiera. Pescado guarnecido a la Orly. Vino del Rhin.

-Pastelillos a la Bechamel. Cramesqui a la Montpensier y Vino de Burdeos.

-Perdices a la Jardinera. Costillas a la Perigord.

-Galantina trufada a la moderna. Jamón glacé al vino de Jerez. Roastbeef guarnecido. Vino de Champagne. Ensalada a la rusa.

-Quesos helados. Macedonia de frutas. Blac a la Vainilla. Vino dulce.

-Queso de Chester. Piñas. Plátanos. Dátiles. Repostería.

El banquete comenzó a las ocho y media de la tarde, finalizando a las doce de la noche tras los correspondientes brindis por la Reina, la Marina, Méndez Nuñez y Alvargonzález. Dos bandas de música amenizaron la velada.

En días posteriores continuaron los festejos en honor de la Villa de Madrid, con representaciones teatrales en el Teatro del Balón y en el Teatro Circo Gaditano, baile de gala en el Casino Gaditano y corrida de toros en la que intervinieron El Tato y Currito.

El Círculo Mercantil ofreció otro almuerzo a la marinería de la Villa de Madrid, servido también en el Teatro Principal y con la misma decoración que en el anterior. Fueron invitadas numerosas señoritas de nuestra ciudad, pero, curiosamente, no a la comida sino a presenciar la misma desde los palcos y las localidades más altas. No es de extrañar que un atrevido marinero levantara su copa y dijera:

“Brindo por el Mercantil

también por el redondel

y por esos ojos bonitos

que me están viendo comer.”

Como recuerdo de la campaña del Pacífico, numerosas localidades dieron a una de sus plazas el nombre de Méndez Núñez, como el caso de Cádiz a la plaza del Mentidero.

También en nuestra ciudad un acreditado restaurante llevó durante muchísimos años el nombre de ‘Villa de Madrid’, primer buque de la escuadra del Pacífico que regresó a Cádiz.

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