Galardón Acto celebrado en Diputación

Antonio Ceballos, un gaditano de ley

  • El Ateneo de Cádiz entrega al obispo de Cádiz y Ceuta la séptima edición de la distinción que concede anualmente

Una persona sencilla, humilde, cercana, sincera, generosa... Un hombre de Dios. Así definieron ayer al obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza. Un Gaditano de Ley, según la distinción otorgada por el Ateneo de Cádiz con el patrocinio de la Fundación Cruzcampo, que se entregó ayer en el Salón Regio de Diputación.

El periodista José Joaquín León, consejero editorial del Grupo Joly y encargado de hacer la laudatio del galardonado, quiso aclarar que "el premio no le fue concedido a don Antonio por ser obispo diocesano de Cádiz, sino ante todo por ser una buena persona, un hombre que ha dejado una huella profunda en Cádiz con su testimonio de vida". Y destacó que entre el jurado que le ha concedido esta distinción hay cristianos, pero también personas que defienden valores laicistas en la sociedad.

José Joaquín León afirmó que Antonio Ceballos es el obispo de todos los gaditanos, de los creyentes y los no creyentes, y, por encima de todo, "el obispo de los que más lo necesitan, el obispo de los más pobres, de los que sufren (...), el obispo al que vemos en el culto del esplendor barroco de los templos y al que no vemos en los escenarios de la marginación porque nosotros no estamos ahí, mientras hablamos de solidaridad con palabras vacías, pero él sí está".

El periodista se refirió a las numerosas cartas y pastorales con las que el obispo "ha querido orientar a todos para conseguir un mundo más justo y mejor". Pero, para José Joaquín León, "la mejor pastoral que ha escrito don Antonio Ceballos Atienza ha sido el guión de su vida, humilde y sencilla, al lado de los más necesitados, atento con todos".

Al tomar la palabra, el obispo le dijo que se había "pasado un poco", y expresó que aceptaba la distinción "con profundo agradecimiento".

Antonio Ceballos afirmó que lo que los miembros del jurado habían destacado de él no era más que una exigencia de ser fiel a la llamada de Dios, por la que da constantemente las gracias. Añadió que cuando llegó a Cádiz, hace 17 años, se presentó "en la fragilidad de su persona, ligero de equipaje y siendo portador de un tesoro: el mensaje del Evangelio". Dijo que todo este tiempo ha pretendido que esta diócesis sea cada día más evangélica y evangelizadora. Y destacó la celebración del Sínodo Diocesano del año 2000 que dejó como fruto seis constituciones que han sido la directriz de la tarea evangelizadora de los siguientes años.

Afirmó que lleva en su "corazón de pastor" el dolor de tantos trabajadores, familias y jóvenes que sufren las consecuencias de la crisis económica. Pidió "al Todopoderoso" su gracia para que esta circunstancia se solucione y a las autoridades, el entendimiento para trabajar en la recuperación económica. El obispo quiso asociar el galardón a todas las personas que hacen posible que se desarrolle la labor evangelizadora, como sacerdotes, presbíteros, religiosas y laicos, entre otros. "A todas las personas que cada día colaboran conmigo".

Por su parte, el presidente de Cruzcampo, Julio Cuesta, contó que Antonio Ceballos inicialmente rechazó esta distinción, algo que "abunda en la humildad y honra a un gaditano de ley". Y afirmó que con esta séptima edición del galardón, "se pone el listón tan alto, que será un estímulo para seguir hurgando en la trama de Cádiz" para encontrar a otras personas dignas del premio. "Estamos orgullosos de tener entre nosotros a gente como don Antonio", concluyó.

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