Entrevista a Fernando Sánchez y Ana Hermida, propietarios de Anabel Modas

"El impacto de Anabel fue tremendo al principio, innovamos en la gestión de la moda"

  • Tras 35 años implantada en la capital gaditana, la firma cierra sus dos tiendas por jubilación, aunque empujados por la pandemia

  • La clave de su éxito ha sido la modernización y la renovación constante de la mercancía y de sus tiendas

Emocionados, tristes, pero decididos a dar el paso, Fernando Sánchez Morera y Ana Hermida Pérez, la cara visible de la tienda originaria de Marconi, cerrarán las dos tiendas actuales de Anabel Modas, todo un referente del comercio local gaditano. El 20 de noviembre ponen fin a tres décadas y media de expansión, éxitos y los avatares de una firma que ha sorteado todas las crisis, hasta llegar a la actual.

–¿Cómo se sienten?

–Este anuncio no nos da la felicidad. Después de tantos años la vida y las circunstancias actuales nos lleva a esta jubilación, que responde a la palabra de júbilo, pero no lo es. Respetamos nuestra empresa, la amamos y la vivimos cada día. Así que para nosotros es un paso muy difícil.

–¡Pero tenéis la tienda llena!

(Ana): Esto ha sido increíble. Hemos estado acostumbrados a esta afluencia de público mucho tiempo, pero por la situación actual ya no es lo que era. Y desde que pusimos el cartel llevo dos semanas recibiendo a clientes y clientas que han querido venir a saludar, a comprar, a pedir que no nos vayamos y, lo más importante, a agradecerme mi trabajo. Es algo muy gratificante. Me voy todos los días con ganas de llorar, contenta, pero muy emocionada.

–Marconi fue la primera tienda y enseguida cuajó y se expandió Anabel. ¿Cuál fue la clave?

–Fue una idea basada en vivir la moda de una forma muy intensa, había que evolucionar muy rápido, con incorporación continua de mercancía nueva e innovación constante, y lo hemos mantenido hasta hoy.

–Anabel aportó modernización en relación al comercio local, que era más clásico

–Sí. Innovamos desde el inicio. Al principio fue tremendo, vivimos la experiencia más fuerte de ventas, Anabel supuso un gran impacto. Innovamos en la forma de gestionar la moda, a base de renovación constante y modernización continua de nuestros establecimientos. Cuando poníamos las rebajas, las colas daban la vuelta a la manzana. Ahora la gestión de la moda es todavía más rápida, y lo que sirve para hoy no sirve en 15 días.

–¿Cuántas tiendas habéis llegado a tener?

–Siete, todas en Cádiz, en Marconi, Segunda Aguada, Ciudad de Santander, en Ana de Viya, José del Toro, Trille y la ampliación de Marconi. Partíamos de una imagen que todos creían que era una franquicia, pues creamos nuestra propia imagen corporativa. De hecho, cuando entran a comprar los turistas nos preguntan aún dónde está Anabel en Madrid, Gijón o Valladolid. Seguimos manteniendo una imagen adaptada a los tiempos y hay un abismo entre nuestros orígenes y ahora. Y todo de la mano de la transformación de nuestros establecimientos, en los que hemos invertido mucho.

–¿Nunca planteasteis dar el salto más allá de la capital?

–Los proyectos siempre han estado ahí y la presión era constante, pues por el hospital hemos tenido muchos clientes de fuera que nos pedían abrir en Jerez, Algeciras, Ubrique, Conil... Ciudades incluso con un potencial grande a nivel comercial, pero a las que les faltaba este tipo de comercios. Pero pensamos que las tiendas tienen que estar muy controladas y abrirte a otras ciudades requería otra forma de gestionar y un equipo gestor distinto.

–La mujer joven y de mediana edad ha sido siempre vuestro público objetivo

–Nuestro público ha sido una mujer actual y que vive el presente, independientemente de su edad.

–En más de tres décadas os ha dado tiempo de vivir toda la curva económica del comercio gaditano. ¿Cuáles han sido los mejores y peores momentos?

–Los comienzos fueron los mejores y el sostenimiento de nuestra filosofía nos llevó a tener muy buenos momentos. La crisis de los 80 sí que la sufrimos bastante, la crisis de Astilleros fue brutal, también la de Tabacalera, porque eran empresas que aportaban mucho a la ciudad de Cádiz. Y mantenerse en una ciudad donde el poder adquisitivo es cortito por no tener una industria donde sustentar los sueldos, es complicado. Pero la llegada de la pandemia ha sido ya el remate, y nos ha llevado a no verle sentido y a pensar en dejar paso al futuro. Hay mucha incertidumbre de cara al futuro.

–Entonces, la pandemia os ha empujado definitivamente a dar el paso

–Sí. Han sido dos años de sufrimiento continuo. El comercio lo ha sufrido como mínimo, igual que la hostelería y hemos tenido menos ayudas.

–¿No habéis notado una recuperación en estos meses?

–En el consumo textil, no. Vemos las terrazas llenas, pero el comercio, no. Hasta hace poco te gustaba comprar una blusa para salir a cenar y tomar una copa con tus amigos, pero actualmente esto no existe. Hoy salir es lo primero, y ya me pondré lo que tengo en casa. No existe esta inquietud.

–¿Cómo ha sido competir con las grandes cadenas de moda y con la venta por internet?

(Fernando): Todos son gotitas que de alguna forma afecta a nuestro comercio. Pero siempre ha existido la competencia, como cuando abrieron los grandes centros comerciales y el comercio local parecía que se iba a arruinar. Sin embargo, nuestro eslogan era que qué mejor que comprar en tu tienda, la que tienes de paso. Teníamos que llamar la atención con nuestros escaparates, para luego dar una atención cercana y personalizada, y así hemos competido y nos hemos mantenido. (Ana): Siempre he dicho que de puertas para adentro nadie tiene la culpa de lo que te pase, el cliente siempre ha sido muy importante, y ante tantas palabras de agradecimiento, ahora compruebo que he hecho bien mi trabajo.

–¿Qué proyectos tenéis en mente?

–No hemos pensado nada aún, lo haremos sobre la marcha, nos adaptaremos a la nueva vida y tenemos una edad para vivir aún muchas experiencias.

–¿Qué mensaje queréis transmitir a la clientela y Cádiz?–El agradecimiento es absoluto a toda la ciudad de Cádiz por el cariño que hemos recibido constantemente. Hemos conseguido que los clientes se sientan felices, y a todos les deseamos que encuentren su tienda en el futuro, una alternativa, pues la nuestra será única e irrepetible. Y, por supuesto, agradecerles a todas las personas que han trabajado y colaborado con Anabel Modas. Agradezco su atención al público, su alegría y su trabajo. Me hubiera gustado jubilarme después de la más joven, pero es imposible (ríe).

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