Cádiz

"Alcaldesa, mírame a la cara"

  • Milagros Arzúa y Aysha Elmortada, dos jóvenes okupas, desalojadas del Pleno tras pedir una vivienda

Dos momentos tensos en el Pleno municipal de ayer. Dos personas con problemas de vivienda. Dos madres solteras. Dos jóvenes okupas protagonistas en las últimas fechas de dramáticas situaciones de exclusión social. Milagros Arzúa y Aysha Elmortada fueron desalojadas del hemiciclo por agentes de la Policía Local después de interrumpir el desarrollo del Pleno en mitad de los debates y sin que hubiera llegado el turno de intervenciones de los ciudadanos. 

 

"¡Necesito una solución!". Arzúa, que vive con sus hijos de 2, 5 y 8 años en una vivienda social de la calle Marinero en Tierra, clamaba mientras el público aplaudía. "¿Cuándo vas a atenderme, Pablo Román?", preguntaba al concejal de Vivienda. Entre sus acompañantes se escuchaban frases como "Viviendas y trabajos es lo que necesitamos, no jardines" o "¡Corruptos!".  

 

Mientras la Policía Local se llevaba a Milagros Arzúa, la alcaldesa, Teófila Martínez, apremiaba a Sebastián Terrada (IU) a hablar, pues tenía en ese momento el turno de palabra. El portavoz de la formación de izquierdas le respondió, con el ruido del desalojo de fondo, que estaba "escuchando al pueblo", por lo que Martínez le invitó a "reunirse con ellos" y le calificó de "demagogo y agitador profesional". 

 

El segundo momento de tensión de las ocho horas que duró el Pleno se vivió cuando Aysha Elmortada hizo lo mismo que Arzúa para solicitar una vivienda. Forcejeó con los agentes policiales que la sacaban del salón de plenos mientras exigía entre sollozos a la alcaldesa: "Mírame a la cara". En mitad del forcejeo, la alcaldesa, desde su sillón, pidió que la dejaran hablar, aunque ya era tarde y Elmortada era conducida fuera del salón de plenos. 

 

Elmortada vivió durante meses en un edificio okupado por otras ocho familias sin recursos en el número 43 de la avenida San Severiano. Fue desalojada a mediados de enero y vive ahora en una pensión del centro histórico de la ciudad pagada por el Consistorio junto a su hijo enfermo, "sin cuarto de baño propio ni agua caliente". 

"Me dijeron que no saliera en prensa, que iba ser peor y desde entonces no sé nada", aseguró Aysha Elmortada a  la agencia EFE al terminar el Pleno. "A ellos no les conviene que se sepa lo que está pasando", añadía. 

 

Las dos jóvenes y sus acompañantes permanecieron a las puertas del Ayuntamiento e incluso una de ellas, Milagros, volvió a acceder a la sesión plenaria. Ambas aseguraron que "no van a parar" hasta se les "haga caso" y encuentren una solución a su problema. 

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