Pablo-Manuel Durio
El autobús populista de Cádiz
Cádiz/Aunque sus trayectorias profesionales poco o nada tienen que ver con el mundo de la imagen –dos médicos, tres profesores, tres administrativos–, en la vida de los miembros fundadores del colectivo 35mm Cádiz siempre ha estado presente la fotografía. “Somos la generación de la imagen y la generación que tenía la paciencia para esperar una semana para ver el resultado de las fotos que habían tomado. La fotografía siempre ha sido parte de nuestra vida”. Lo cuenta el presidente del fotocolectivo que se formalizó durante el otoño pasado pero que ha esperado la vuelta a un calendario para hacer su presentación en sociedad. Lo cuenta Luis Merino, pero lo certifican sus compañeros.
Esperanza Gámez, Ana Cuadrado, Guillermo Moratalla y Nuria Domínguez que se dan cita en el Espacio de Cultura Contemporánea (ECCO) donde hasta el 24 de noviembre se expone Colectivamente, esta carta de presentación de la asociación gaditana donde también se pueden ver los trabajos del resto de sus miembros, es decir, de Álvaro Padilla, Mari Carmen Gómez Rico y Miguel Ángel López.
Una muestra que se inauguró durante la pasada edición del Festival Alcances que estuvo dedicado a la fotografía por lo que se convirtió “en el marco perfecto” para la puesta de largo de 35mm, no sólo con esta exposición, “también con un ciclo de proyecciones sobre la vida y la obra de grandes referentes de la fotografía”, que tuvo “bastante éxito de público”. “También las visitas guiadas que hicimos a Colectivamente estuvieron prácticamente llenas y la gente mostró mucho interés por la asociación”, explican al alimón estos fotógrafos no profesionales pero que se toman muy en serio la disciplina, “siempre en continua formación”.
“Muchos de nosotros venimos de un colectivo anterior que existía en Cádiz, Diafragma, y se han unido otros miembros pero somos gente que siempre estamos haciendo cursos, en contacto con otros fotógrafos, inquietos y formándonos”, abunda Merino que junto a los suyos pone en pie una exposición de fotografía digital donde hay cabida “tanto para los trabajos particulares de cada uno como para una muestra de cómo funcionamos también en el fotocolectivo”.
Así, la pared del fondo de la sala donde cuelga la muestra está dividida en una parte dedicada a uno de los ejercicios temáticos que el 35mm hace mensualmente y en otra, “que ha despertado mucho interés en los visitantes”, aseveran sobre una serie de fotografías fruto de una especie de juego del teléfono entre estos fotógrafos. “Uno de nosotros hace una fotografía, que se la manda a otro en secreto y éste envía la, digamos, contestación de esa fotografía al siguiente, y así, dando como resultado este juego de resonancias tan particular”, muestran.
El resto del espacio se divide en las propuestas individuales de cada miembro de 35mm “aunque se ha procurado que todo tenga una especie de estética compartida, de discurso global, respetando que cada uno trata una temática completamente diferente”, cuentan sobre una exposición donde hay lugar para denuncias sociales como la preocupación medioambiental de Nuria Domínguez, el sinhogarismo en la obra de Miguel Ángel López o la importancia de los animales en las terapias de personas con enfermedades mentales que protagonizan la serie de Ana Cuadrado.
A medio camino entre esa mirada social y la introspección se mueven los Derrumbes de Mari Carmen Gómez Rico que tan pronto fotografía derribos programados, destrucción causadas por guerras o por fenómenos azarosos como que nos sorprende colocando un espejo donde mirar nuestro propio derrumbe.
Una mirada al interior que también mueve a Guillermo Moratalla con una pincelada de un proyecto donde reflexiona sobre cómo nos vemos a nosotros mismos, cómo nos ven los demás y qué buscamos proyectar a otras personas a través de fotografías en blanco y negro, con alto contraste y una visión “un tanto surrealista porque la idea es distorsionar la realidad para transmitir el mensaje”, detalla.
No la distorsión, pero sí la evocación y la aspiración poética es la que busca Luis Merino en “el comienzo de una serie”, que espera que sea “más larga”, donde analiza “la cuestión del anonimato en un mundo donde cada vez se aspira a ser universalmente conocido”; mientras que Álvaro Padilla prefiere proponer un juego conceptual alrededor del número 1 con fotografías donde sólo un elemento central determina la composición; y Esperanza Gámez en Saltatio congela el movimiento tanto para mostrar cómo es “inclusivo y universal” pero también para poner en valor “el esfuerzo que conlleva" la danza.
Fragmentos todos de este mosaico colectivo con el que 35mm se muestra a la sociedad gaditana y con vocación de continuidad pues ya tienen elaborado “un plan de trabajo para todo el primer semestre” del año por venir, se congratulan. Para ponerse en contacto con sus miembros lo pueden hacer a través del correo electrónico fotocolectivo35mmcadiz@gmail.com o en su instagram.
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