La congregación carmelita fundada por Joaquina de Vedruna se estableció en Cádiz en 1870. Dicha congregación vino a la ciudad, requerida por el obispo Arbolí, para atender a los enfermos del Hospital de Mujeres.

Desde su inicio en Cádiz, la congregación tuvo una gran acogida tanto por la sociedad civil como por la iglesia, por la labor que ejercían. En 1872, establecen su primer colegio, haciéndose cargo de la Escuela del Patronato de María de Arteaga. Allí se establecen como congregación educativa e independiente, comenzando con seis hermanas. Las monjas, en sus inicios, vestían el hábito negro de Santa Joaquina de Vedruna con el rostrillo blanco. También en esa época solían vivir en clausura, saliendo al exterior solamente cuando se les autorizaba y generalmente para actividades escolares.

Sobre los años veinte del siglo pasado, se incrementa el alumnado y el edificio se queda pequeño y no reúne las condiciones necesarias, por lo que se traslada el colegio a la calle Cánovas del Castillo 31. El edificio constaba de dos plantas. En los años cuarenta, en la planta baja a la derecha se encontraba el parvulario de niños con la hermana Antoñita y a la izquierda el parvulario de niñas con la hermana Josefa. En la entreplanta se encontraba la clausura de las monjas y en la planta noble se ubicaba la capilla y, al fondo, el despacho de la directora y un recibidor. La segunda planta se destinaba a las clases de bachiller y una escalera conducía a la azotea y a la clase de cultura general.

El colegio, en una época, llegó a tener su batallón infantil, que fue requerido numerosas veces por el Ayuntamiento Cádiz de la época para sus fiestas. También había un grupo de alumnas llamado ‘Las montañeras’, las cuales salían con frecuencia de excursión para hacer senderismo y escaladas acompañado de una hermana del colegio. Muchas generaciones de gaditanos y gaditanas se formaron en sus aulas e hicieron la primera comunión, entre ellos José Luis Suárez y Julio Ramos.

El comedor del colegio de las Carmelitas, de la calle Cánovas del Castillo, sobre los años cuarenta del siglo XX.

En sus comienzos los niños eran admitidos solo en parvulario y sus uniformes variaban de color dependiendo de que fuera verano o invierno. El colegio, con el paso de los años, creció aumentando la demanda de estudiantes, por lo que decidieron buscar una ubicación más grande, que se pudiera adaptar a las necesidades del momento.

En los años sesenta del siglo pasado, adquieren unos terrenos situados en el barrio de San Carlos. Y en ese lugar, hoy calle Fernando El Católico, edifican el colegio con sus pistas deportivas.

Actualmente se encuentra dividido entre el área dedicada a la congregación, con entrada por República Argentina, y la parte dedicada exclusivamente a las actividades escolares con entrada por Fernando El Católico.

Este año el colegio de Las Hermanas Carmelitas, que comprende desde infantil hasta 4º de ESO e incluye comedor escolar, celebra sus 150 años. Durante todo el año se celebrarán diferentes actos con motivo de su efemérides, con exposiciones, charlas y reuniones. El colegio, en la actualidad, ha sabido adaptarse a los tiempos y es pionero en los intercambios lingüísticos europeos de erasmus.

Agradecimiento por la colaboración y fotos del reportaje a Juan Mera y a José Luis Suárez.