Zambombas, palillos y panderos. Por Fernando Santiago
ZAMBOMBAS, PALILLOS Y PANDEROS
Hace 50 años se hizo muy famoso el humorista Jaume Perich por un libro con el nombre de “Autopista” como reverso del famoso “Camino” de Monseñor Escrivá de Balaguer. En uno de sus aforismo decía “el inventor del supositorio prefirió permanecer en el anonimato el resto de su vida”. Algo así debe pasarle al creador de la freidora de aire, un diabólico instrumento que machaca la comida a pesar de lo cual ha conseguido introducirse en las casas como electrodoméstico de comida saludable, cuando en realidad lo que hace es estropearlo todo. Lo mismo podemos decir de la Niña Pastori, que ha perpetrado un villancico espantoso que se ha convertido, de repente, en lo más escuchado de este mes, con la pamplina esa de “entre zambombas, palillos y panderos” y el resto de majaderías. Al personal le ha dado por cantarlo con coreografía y subirlo a las redes sociales, todos por igual, hacen lo mismo y cantan lo mismo en casas iguales con familias idénticas. Somos mulos de reata. Lo único bueno de este villancico es que ha desterrado al Burrito Sabanero con que nos atormentaron el año pasado, de David Bisbal a Niña Pastori hemos cambiado a Jack el Destripador por El Arropiero. Propongo de manera solemne que le quiten a la Niña Pastori todas las distinciones públicas concedidas a lo largo de su trayectoria, se lo merece por inducción a la desesperación. Hubo un tiempo que la gente cantaba Noche de Paz, El Tamborilero, A Belén Pastores, incluso Las Muñecas de Famosa se dirigen al Portal y, extraído de las zambombas jerezanas aquello de La Virgen lavaba, San José tendía. Al menos durante años había diferentes villancicos mientras la gente no sentía la obligación de grabarse vídeos para torturar al personal. Las Navidades tenían sus tradiciones , la mayoría absurdas que nadie reclama, como el discurso del Rey , replicado por los discursos de los presidentes autonómicos, como si a alguien le pudiera interesar lo que dijeran todos ellos. Las comidas de empresa son otro coñazo insufrible, las cenas familiares con el crimen del cuñadismo, puedo atestiguarlo porque he llegado a tener seis cuñados, sé de lo que hablo, me voy quitando poco a poco, por ahora es como si tuviera uno nada más, después de un intenso trabajo de depuración . La lotería me parece otro rollo, todos los años igual, lo mismo que los reportajes sobre cómo ha subido el precio de los percebes y los niños con Papá Noel. Queda para la historia aquel titular de la edición catalana de El País, atribuido a Arcadi Espada “Ayer llegaron los Reyes Magos, según la Policía Municipal”.
Fernando Santiago
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