“Mi objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas”

Contenido ofrecido por Hospitales Pascual

Entrevista con Francisco Ariel Mendoza Bravo, oftalmólogo en el Hospital Virgen de las Montañas

Francisco Ariel Mendoza Bravo
Francisco Ariel Mendoza Bravo

08 de agosto 2025 - 05:00

Los ojos son ventanas al mundo y devolverles claridad puede transformar una vida. El Dr. Francisco Ariel Mendoza Bravo, oftalmólogo en el Hospital Virgen de las Montañas del Grupo de Hospitales Pascual, nos habla de su vocación, de los avances en cirugía de cataratas y de cómo la tecnología permite mejorar la calidad de vida de sus pacientes de forma rápida y segura.

Pregunta.–¿Qué le atrajo de la oftalmología?

Respuesta.–Muchas cosas. El 80-90% de lo que percibimos del mundo es a través de la vista. Los ojos son, literalmente, la ventana del alma. Aunque el ojo parezca pequeño, tiene una enorme complejidad y eso me fascinó desde el principio. Además, es una especialidad muy limpia, precisa, y con resultados muy gratificantes. Los pacientes suelen notar mejoras evidentes y rápidas, lo cual es muy satisfactorio. A mí me encanta esa posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas.

“Hoy en día, la cirugía de cataratas es ambulatoria, rápida y segura y transforma la calidad de vida”

P.–¿Qué destaca de la cirugía de cataratas?

R.–Es probablemente la cirugía más realizada en Oftalmología. La mayoría de los pacientes son personas mayores, que muchas veces también tienen limitaciones de movilidad y se sienten aisladas. Cuando recuperan visión, su vida cambia: vuelven a caminar, a ver la tele, a salir. Es un cambio psicológico y funcional muy potente.

P.–¿Sigue existiendo miedo a esa cirugía?

R.–Sí, especialmente entre las personas mayores, por experiencias del pasado. Antes la cirugía requería hospitalización y la recuperación era lenta. Hoy en día es ambulatoria, rápida y segura. En muchos casos el paciente ve mejor en pocos días. Poco a poco, ese miedo va desapareciendo gracias al boca a boca.

P.–¿Cuáles son las patologías oftalmológicas más frecuentes en su consulta?

R.–Principalmente cataratas. También vemos muchos casos de glaucoma (tensión ocular alta), que puede llevar a la ceguera si no se detecta a tiempo. En pacientes diabéticos es frecuente la retinopatía diabética, que afecta la retina y puede tener consecuencias graves si no se controla. También atendemos muchas urgencias por conjuntivitis, cuerpos extraños, y realizamos revisiones preventivas frecuentes. Cuando hay casos que no se pueden tratar aquí, los derivamos al hospital de referencia.

“El 80-90% de lo que percibimos del mundo diariamente es a través de la vista”

P.–¿Qué signos deberían alertar a un paciente para acudir al oftalmólogo?

R.–Uno frecuente es ver “moscas volantes” (floculos vitreos). En algunos casos pueden ser síntomas de un desprendimiento de retina. Aunque no siempre es grave, si el paciente tiene antecedentes de miopía alta o golpes recientes, es mejor revisar. A veces, encontramos pequeños desgarros que pueden prevenir un desprendimiento grave con láser a tiempo.

P.–¿Qué papel juega la tecnología en su práctica?

R.–Es fundamental. Contamos con tecnología muy avanzada, como el OCT, que nos permite ver con gran precisión el estado de la retina. Antes intuíamos ciertas patologías; ahora las vemos con claridad. También usamos biómetros para medir lentes intraoculares y dispositivos para evaluar la córnea y el estado refractivo antes y después de la cirugía. En este Hospital tenemos equipamiento de altísima calidad, lo que nos permite ofrecer un excelente diagnóstico y tratamiento sin largas listas de espera. Los pacientes suelen operarse de cataratas en un plazo corto, normalmente en unos tres meses.

“Antes intuíamos ciertas patologías; ahora, con la tecnología, las vemos con claridad”

P.–¿Qué ocurre cuando una catarata no puede operarse?

R.–En ocasiones el ojo tiene otras patologías que hacen que operar la catarata no tenga sentido. Es decepcionante para el paciente, pero siempre les explicamos con claridad para que entiendan que el resultado no será el esperado.

P.–¿Qué fue lo que le decidió personalmente a escoger la oftalmología?

R.–Durante la residencia, vi una cirugía de catarata proyectada en pantalla y me fascinó. Pensé: “Esto es lo que quiero hacer”. Desde entonces, “es la cuchara que escogí para comer”, supe que sería mi especialidad.

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