La oposición y Juanma Moreno dejan solo a Antonio Sanz

El consejero de Sanidad, también de Emergencias, cumple con su papel ante una oposición que acusa de cobardía al presidente

Antonio Sanz conversa con la consejera Carolina España y el parlamentario Antonio Repullo, este miércoles en el Parlamento. / Julio Muñoz/EFE

La crisis de los cribados de cáncer de mama no cesa. El Parlamento andaluz ha celebrado esta tarde el pleno general sobre sanidad, el que llevaba dos años solicitando sin éxito la oposición, pero el debate se ha centrado en la última polémica del caso: la desaparición durante horas de las mamografías que las usarias tienen en el sistema informático del SAS. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, sólo ha asistido a la primera intervención de su nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz; después se ha ido. Solo, ante la oposición y sin el respaldo presencial de su líder, el consejero ha explicado que "es imposible" el borrado que denunció la Asociación de Mujeres con Cáncer (Amama) de Sevilla.

En cierto modo ése es el sino de quien también es consejero de Presidencia y, literalmente, de Emergencias, servir de parapeto ante la crisis y asegurar que esta vez no habrá otra dimisión del responsable de Sanidad, aguantará hasta las elecciones autonómicas y reconducirá las demoras y errores de los cribados. Y, a la vez, tratará de evitar que la crisis le afecte más al presidente Moreno. Ése es el sentido de la ausencia.

Los partidos de la oposición, incluido Vox, han tachado a Moreno de cobardía y han reclamado a Sanz que detalle cuántas mujeres están afectadas y cuáles fueron las causas de que aquellas que tenían mamografías no concluyentes no fueron avisadas. El nuevo consejero ha acusado al resto de la bancada de buscar réditos electorales y ha defendido el trabajo que ha venido realizando durante estos ochos días en los que se ha puesto al frente de la Consejería, pero no ha convencido a ninguno de los otros partidos. "Usted, señor consejero, no es el protagonista, son las mujeres", le ha contestado la diputada socialista María Márquez, después de que manifestase que "mientras algunos estaban en la playa, yo el domingo estaba trabajando en el despacho".

Tal como ha explicado Sanz, lo que ha ocurrido con las mamografía es que un fallo informático hizo que las placas no se encontrasen a disposición de las usuarias. Ante la falta de unas primeras aplicaciones, Amama acudió con una denuncia de borrado ante la Fiscalía de Sevilla, lo que provocó que Sanz acusase a esta organización de infundio. Lo que el consejero ha sostenido en el Parlamento es que denuncias de este tipo hace que "las mujeres desconfíen" del programa de cribado y no respondan a las llamadas del programa cuando se las cite.

El problema es que cuando Amama realizó su primera denuncia, que se ha saldado con la destitución de la anterior consejera, Rocío Hernández, y la reorganización del equipo de mama del Virgen del Rocío, tampoco se les hizo demasiado caso, se les minimizó. Lo ha explicado el portavoz de Vox, Manuel Gavira: "Minimizaron a las mujeres y las insultaron".

Sanz no ha desvelado nada que no se haya desgranado en estas última semana, se contratarán 4.371 nuevos profesionales, se invertirán 100 millones de euros en los programas de cribado de cáncer y se creará un comité de expertos para abordar una reforma de la sanidad pública andaluza. El consejero aguantó el tipo, cumplió su función, se celebró el debate y no hubo nada.

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