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Andalucía

Susana Díaz culpa a IU por su "giro radical"

  • La presidenta argumenta el adelanto electoral por el intento de convergencia de IU con Podemos. Asegura que no marchará a Madrid tras las elecciones.

"Andalucía no puede perder un año más, y debo ser clara: lo que ha provocado el adelanto electoral no es un equívoco ni un malentendido, es el giro radical de la dirección nacional de Izquierda Unida desde el otoño pasado. (…) Desconozco si hay motivos de convergencia con otras fuerzas políticas. Andalucía no puede ser moneda de cambio ni se puede quedar al albur de pactos que no tienen nada que ver". De este modo, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, sintetizó las razones que la han llevado a convocar elecciones autonómicas anticipadas para el domingo 22 de marzo. Con estas mismas palabras u otras de sentido similar, Díaz culpó al liderazgo en IU del diputado malagueño Alberto Garzón del cambio que, a su juicio, han protagonizado sus socios, que les habría llevado a convocar un referéndum entre sus bases en junio sobre su permanencia en la coalición con los socialistas. IU, por su parte, niega este extremo, pero la presidenta mantiene que Alberto Garzón ha llevado a la federación a una estrategia de convergencia con otras fuerzas de la izquierda, y entre éstas, Podemos. Los que fueron socios hasta el día de ayer se acusaron mutuamente de ser las causas de esta ruptura. La coalición se ha acabado y el 22 de marzo decidirán los andaluces.

La presidenta firmó ayer por la tarde el decreto de disolución del Parlamento y de convocatoria de las elecciones. Horas después, destituyó a los dos consejeros de IU, Elena Cortés (Fomento) y Rafael Rodríguez (Turismo), y al vicepresidente Diego Valderas, que no presentaron su dimisión para visualizar que ellos no compartían las razones de la ruptura. El Consejo de Gobierno se reunió poco después de las 2 de la tarde y, tras una cortísima deliberación, la legislatura quedó finiquitada. Susana Díaz compareció después ante los medios de comunicación para explicar sus argumentos, y exponer un deseo y una voluntad, de los que el tiempo se encargará de confirmar. Primero, la presidenta quiere "gobernar en solitario" después de las elecciones, confía en que de las urnas salga un Gobierno "sólido y estable" y descarta volver a coaligarse con IU. Y, segundo, su voluntad de quedarse en Andalucía durante el mandato. Negó, por tanto, que en su mente esté presentarse a las elecciones primarias del PSOE federal para competir con su secretario general, Pedro Sánchez, como candidata a la Moncloa.

Al ser preguntada, en dos ocasiones, por si se comprometía públicamente a estar los próximos cuatro años en Andalucía si ganaba las elecciones, dijo: "Hablé del tren, y mi tren es el de Andalucía, es mi pasión. Si obtengo la confianza, estaré donde debo estar, que es en Andalucía". El símil ferroviario dio mucho que hablar en las últimas semanas, porque, con ello, políticos y periodistas se referían a si Susana Díaz tomaría el tren que la llevaría a Madrid o lo dejaría pasar, como ocurrió el pasado verano, cuando renunció a una probable victoria en unas primarias socialistas que le hubiesen convertido el secretaria federal de su partido.

Aunque IU ha dado bastantes razones para seguir coaligados durante los últimos días, la presidenta considera que no descartó de un modo tajante ese referéndum, por lo que sus socios ya no le aportaban la suficiente estabilidad. Y puso este ejemplo: "Imagínese que esto es una pareja de novios o de recién casados, y uno de ellos le dice que dentro de varios meses van a tratar sobre el posible divorcio dependiendo de cómo vaya la relación". Así lo zanjó, y así acaba la experiencia de pacto de la izquierda en Andalucía y uno de los pocos que ha habido en España. La presidenta hizo un buen balance de la coalición e, incluso, felicitó a sus dos consejeros de IU y, en especial, dijo, al vicepresidente Diego Valderas. Pero su razón es que, desde octubre, el factor Garzón lo cambió todo. El Gobierno ha aprobado en estos tres años seis leyes, dos más que están en trámite parlamentaria y 13 anteproyectos de las 28 comprometidas en el pacto con IU. Éste se suscribió con motivo de la elección de José Antonio Griñán como presidente después de las elecciones de marzo de 2012. Susana Díaz, por tanto, convoca para gobernar en solitario y para quedarse en Andalucía, no para legitimarse ante las urnas por si le hace falta a su partido en Madrid. Díaz insistió en que el líder del PSOE es Pedro Sánchez, al que ha comunicado su decisión de adelantar las elecciones. Desde el PP y desde IU no se ha parado de realizar esta acusación, y parece que se va a mantener durante toda la campaña electoral.

El escenario que, sin embargo, dibujan los sondeos electorales es el de un Parlamento más dividido, con cuatro fuerzas, una más, pues al menos entraría Podemos, donde la gobernabilidad será muy difícil. En Andalucía se necesitan 55 parlamentarios para lograr la mayoría absoluta. El PSOE cuenta ahora con 47, pero los escaños de IU le aportaban la estabilidad suficiente. ¿Qué ocurrirá tras las elecciones? Díaz repitió que desea gobernar en solitario, y que de las urnas saldrá un Ejecutivo estable. "Sólido". Difícil, aunque hay quien sostiene en el PSOE que su partido se acercaría a los 50 escaños. Tendría que volver a pactar con IU en el caso de que la federación de izquierdas sostuviera un resultado apropiado. Una fuente de IU adelantó que, tras las elecciones del 22M, el pacto será muy difícil, aunque en mayo se celebrarán las elecciones municipales, y posibles acuerdos en algunos ayuntamientos o diputaciones podría derivar a una suerte de acuerdo, no necesariamente el Gobierno de coalición. Sin embargo, éstas son sólo las previsiones del PSOE. El PP sostiene que se encuentra en un empate técnico con los socialistas, y que se decidirá en los próximos días.

Para la elección del nuevo presidente, se necesita que el candidato obtenga, al menos, la mayoría simple del Parlamento. No valdría, por tanto, como ocurre en los ayuntamientos o como pasaba en Andalucía con el primer Estatuto de Autonomía, con ser la lista más votada en las elecciones. El artículo 118 del actual texto especifica que, en una primera votación, se necesita la mayoría absoluta de la Cámara; pasadas 48 horas, bastará la simple -más síes que noes-, y si ésta no se alcanzase, se repetirá las veces oportunas. Si en dos meses no se logra el consenso, el presidente del Parlamento deberá convocar nuevas elecciones. Por tanto, en caso de que el PSOE gane las elecciones sin mayoría, necesitará o un acuerdo de investidura o que uno de los grupos de la oposición se abstenga hasta que los síes superen a los noes.

El panorama que, sin embargo, describió la presidenta es el de la estabilidad. Y es que, en su opinión, todas las instituciones parlamentarias españolas se pasarán 2015 a la espera de resultados electorales, ya que ahora vienen las municipales, las autonómicas catalanas y, posteriormente, en noviembre o en enero, las generales. "No vamos a perder un año, vamos a ganarlo", dijo la presidenta al respecto. El Gobierno andaluz no podía estar, en su opinión, al albur de lo que ocurriese en cada uno de estos comicios. La solución que le ha dado son las urnas. "Es impecablemente democrático", sentenció contra aquellos que entienden que el adelanto es una maniobra de estrategia electoral.

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