Andalucía

Ciudadanos y Podemos no atienden la llamada para sentarse a negociar

  • Los dos partidos se niegan a hablar con el PSOE. La formación de Teresa Rodríguez quiere que las negociaciones "se retransmitan". Sólo IU y PP acceden a dialogar.

La investidura de la presidenta electa, Susana Díaz, comienza a complicarse. Podemos y Ciudadanos han endurecido sus posturas, hasta el punto de que ni siquiera tienen previsto sentarse a negociar en el Parlamento. Al menos, de momento. Si hasta la semana pasada ambos partidos habían presentado varias propuestas sobre las que negociar, éstas no sólo se han convertido en líneas rojas para la abstención o el voto afirmativo, sino que ni siquiera hablarán con los enviados de Díaz mientras no sean consideradas. Podemos y Ciudadanos coinciden en que las dimisiones de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán son imprescindibles, al menos, mientras estén imputados. Se ha hecho cierto lo que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, mantuvo en campaña: si ambos no entregan sus actas, no van a levantar ni el teléfono.

Los negociadores del PSOE sólo han logrado sentarse con IU y, esta mañana, lo hará con el PP, aunque ambas formaciones también les han adelantado que votarán que no en la investidura. Por el momento, Susana Díaz sólo cuenta con sus 47 parlamentarios de los 109 totales.

Podemos añadió ayer un elemento más para el pesimismo, que da cuenta también del grave problema de dispersión interna de este joven partido. A las tres "condiciones" planteadas por su líder, Teresa Rodríguez, se suma otra más: la "retransmisión" de las reuniones para que los andaluces conozcan su contenido. Por lo general, y así ocurrió con IU en la pasada legislatura, los acuerdos se hacen público al final, pero nunca se dan detalles del curso de las conversaciones, básicamente porque éstas se deben producir en un ambiente de reserva. Sin embargo, Podemos, que reunió en Sevilla a sus 15 parlamentarios, emitió un comunicado en el que se dice: "Podemos quiere manifestar su preocupación porque durante las conversaciones (...), los y las andaluzas estén presentes tanto en el contenido como en la forma. Para ello, proponemos al resto de las fuerzas políticas parlamentarias que su contenido sea retransmitido por cualesquiera medios técnicos disponibles. Cuando del futuro de los andaluces se esté hablando, luz y taquígrafos".

Esto supone un cambio de postura de Podemos por dos motivos. Cuando Teresa Rodríguez se entrevistó con Susana Díaz en San Telmo habló de tres "propuestas", no de "condiciones", no de líneas rojas y, segundo, porque Podemos entendió esta negociación para la investidura como un paso que no necesitaba de un seguimiento on line y, de hecho, descartó preguntar por su resultado a las bases. Ahora, por tanto, las tres propuestas, entre las que están las dimisiones de Chaves y de Griñán, son infranqueables. Podemos mantiene que sí "atenderá" a reuniones "con fuerzas políticas y colectivos en torno a las mencionadas condiciones propuestas".

Teresa Rodríguez sorprendió con un tuit publicado por la mañana en la que adelantaba su negativa a sentarse a hablar con el PSOE mientras no le contestase: "Seguimos esperando una respuesta de Susana Díaz a las medidas de sentido común que le hemos planteado. Mientras tanto, nada que hablar". El secretario de Organización del PSOE, Juan Cornejo, conversó con Sergio Pascual, uno de los negociadores de Podemos, y éste le transmitió que deberán de dar pasos antes de sentarse a hablar. El Parlamento se constituye el jueves de la semana próxima, y es necesario, al menos, un acuerdo para elegir a los miembros de la Mesa.

La posición de Ciudadanos es parecida. No habrá reunión mientras que Manuel Chaves y Griñán sigan siendo diputado y senador y estén imputados en el Tribunal Supremo. En Ciudadanos comienza a cundir la opinión general de que ni votarán sí en la investidura ni se abstendrán ni entrarán en el futuro en un Gobierno de coalición. Si es así, el PSOE se verá abocado a buscar una solución, al menos en forma de abstención, en el PP. Los socialistas creen que no sólo se enfrentan a dos partidos nuevos, sino que carecen de un liderazgo claro en Andalucía y que, al menos en el caso de Ciudadanos, se ha dejado ver en un cambio de interlocutores.

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