AHORA tiene que ir uno pendiente del suelo para no perderse nada. Parece que hemos pasado de poner la información en las paredes a ponerla en el suelo. En primer lugar, si usted no quiere pisar un excremento de perro, pues tiene que ir con cuidado. Además, ahora en carnaval la calle está llena de meados por lo que no me explico que el propio Ayuntamiento llene de rayas el pavimento de la ciudad. Me parece absurdo que se pinte el suelo con unas supuestas rutas turísticas. Pero como hay tanta suciedad cabe la posibilidad de que no se puedan seguir las líneas o no se puedan diferenciar los colores porque estarán cubiertas de inmundicia. Esta ciudad es como si tuviera el síndrome Diógenes en plan colectivo, con residuos por todos lados. Y en carnaval es el mingitorio de Andalucía. No se le puede achacar a que los bares no dejen entrar al retrete porque como dice el presidente de los hosteleros, los urinarios son para sus clientes. Así que se produce una mezcla perfecta de ineficacia municipal e incivismo. La tormenta perfecta. Por si fuera poco el PA llena la ciudad de pisadas de plástico, de unos adhesivos con el lema "yo voy" que parece parte de su campaña "Vamos". Un paso más para convertir la ciudad en un vertedero incontrolado. Al fin y al cabo tenemos el récord Guiness a la mayor concentración de pringue del mundo, que son las barbacoas, por lo que ahora podemos optar al de la ciudad más sucia, con algún tipo de control de calidad ISO-6000 que verifique el nivel de inmundicia de una manera científica. De esta manera podemos optar a la bandera marrón a las calles sucias de Europa.

Por cierto, si tiene usted un momento y levanta su vista del suelo puede fijarla en el ordenador. Pulse usted www.youtube.com y busque allí a José Antonio Barroso . Encontrará allí al inevitable alcalde de Puerto Real que hace un llamamiento a la guerra del Sáhara contra Marruecos con cosas del estilo "oiremos silbar las balas", "el pacifismo no tiene cabida" y "la guerra es el único camino". Una arenga belicista para enardecer a las masas y que dé comienzo una nueva guerra. No se sabe si él mismo va a empuñar un Kalashnikov y lanzarse a las arenas del desierto contra el régimen alauí como si de un nuevo Lawrence de Arabia se tratase. ¡A las armas ciudadanos!