Ya iba siendo hora de que en España importe el asunto de la vivienda. No se asusten, que no es por los desahucios ni por aquellas tiernas cláusulas suelo de las hipotecas, temas banales que se resuelven haciendo oídos sordos al clamor popular y rescatando con el dinero de todos a aquellos que con su avaricia avivaron las ascuas de la crisis. No, la vivienda es el asunto de moda estos días porque el líder de Podemos no ha medido las consecuencias de una decisión personal pero incoherente con sus primeros posicionamientos políticos y sociales. A Pablo Iglesias le vigilan muy de cerca, en su calidad de azote de aquello que vino a llamar casta, y por eso cada vez que se meta en un charco como el actual se llenará de fango. Con paciencia, en lugar de hipotecarse, podría haber llegado a la Moncloa, que allí hay habitaciones de sobra para su familia. Eso de encontrarse con más de un hijo de una vez tiene que descolocar mucho.

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