Encuentros en la academia

Juan José Iglesias Rodríguez

La gipsoteca

N O, no corra a consultar el diccionario de la Real Academia Española si, como es normal y previsible que ocurra, no conoce el significado del término gipsoteca: no figura entre los miles de vocablos que encierra nuestro tesoro de la lengua. Pero no se inquiete. Ya le aclaro que una gipsoteca es una colección de reproducciones en yeso de obras escultóricas antiguas, realizadas según el sistema de vaciado.

Pues eso, una gipsoteca, ni más ni menos, es lo que acaba de inaugurar la Universidad de Sevilla en una de las amplias galerías de su sede central de la calle San Fernando, la vieja y universalmente conocida Fábrica de Tabacos. Con esta iniciativa, la Universidad contribuye a la musealización del edificio y a la difusión de su rico patrimonio histórico y artístico.

La gipsoteca universitaria sevillana es digna de ser visitada. La Universidad ha recuperado y restaurado un buen número de vaciados en yeso, realizados entre los siglos XIX y XX, que durante años sirvieron para hacer prácticas de dibujo, para apoyar las enseñanzas de Arte y Arqueología y para decorar los solemnes espacios comunes de las facultades de Letras.

Algunas de estas reproducciones en yeso, de espléndida factura, eran víctimas de la incuria del tiempo y de los desahogos de la burlesca e inquieta estudiantina. Aquí un discóbolo cuyos labios habían sido coloreados con carmín, allá un busto romano que lucía la colilla de un cigarrillo en la boca, acullá un efebo travestido con alegres aditamentos fruto del más dudoso gusto y que lo hacían más a propósito para un desenfadado desfile arcoiris que para representar dignamente las cumbres de la escultórica clásica.

Todos han sido limpiados de polvo y paja y amorosamente restaurados. Ahora lucen en su renovado esplendor, presentando un conjunto llamativo e invitando a los espectadores a contemplarlos con nuevos ojos y miradas.

La propuesta, además de hacer justicia a unas piezas valiosas que vegetaban en sus mortecinos pedestales, tristemente condenadas a un inevitable deterioro y postrera destrucción, representa una atractiva oferta visual y museística dirigida a los integrantes de la comunidad universitaria hispalense y a los miles de visitantes que se acercan cada año a la antigua Fábrica de Tabacos atraídos por su monumentalidad y por sus innegables atractivos arquitectónicos.

Ahora pueden internarse en una galería repleta de impecables reproducciones de esculturas clásicas, enmarcadas en un sencillo pero elegante marco expositivo, que los retrotraen a los esplendores pasados del arte de la Antigüedad.

Toda una muestra de la sensibilidad, el buen gusto y el mejor criterio de una Universidad señera comprometida con la conservación y la difusión de su extraordinario patrimonio. No deje de visitarla.

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