últimamente no paran de aparecer bichos raros en Cádiz… aparte de los que tenemos siempre por aquí. Primero nos apareció un cangrejo en la playa de La Caleta, un cangrejo o tÍmido o carnavalero, no se sabe muy bien.

El molusco aparece escondido debajo de una ortiguilla, que tampoco es mal sitio para esconderse, no sabemos muy bien si era porque no quería salir en la foto, porque el fotógrafo lo cogió almorzando o porque ya tiene el gen gaditano de disfrazarse, que aquÍ gusta mucho. Hombre, viendo su nombre oficial, Inachus Gaditanus, pues casi las dudas quedan resueltas porque el cangrejo tiene nombre de contralto de comparsas.

Pero no es el único bicho raro que ha aparecido por aquí. También ha aparecido una babosa hasta ahora desconocida y que tiene también nombre de comparsa del extraradio: Runcina Caletensis.

La Caleta no solo tiene unos preciosos atardeceres, ha servido para inspirar coplas inolvidables o da cobijo a las caballas, antes de que las metamos en piriñaca. Ahora se ha desmelenado también como espacio para bichos raros. Para completar esta épica caletera lo suyo es que el cangrejo o la babosa se tiraran desde el Puente Canal todos los lunes de Piojito o su origen estuviera en la piedra cuadrá… entonces sería para hacerles hasta un museo.

Pero resulta también que por los campos de la provincia se ha encontrado a otro bicho, un coleóptero… que también tiene cuplé. Ya para demostrar a las claras su procedencia el escarabajo ha sido bautizado científicamente como Berberomeloe payoyo, no sabemos si porque al animal le gusta el famoso queso de Villaluenga, ya sea en su variedad de semicurado o de curado metío en manteca.

La verdad es que Cádiz necesitaba bichos para completar su biografía de maravilla del mundo. Ya teníamos al cangrejo moro o a la holoturia, ahora considerada marisco de lujo, pero lo del cangrejo que se esconde debajo de una ortiguilla es difícil de superar.

Reconozco que si se pudiera meter en adobo, que es lo único que le falta al Inachus Gaditanus, sería mi bicho soñado. Incluso en un momento dado la madre del cangrejo podría gritarle desde el balcón: "¡¡¡¡Inachusss, sube a comer que se te van a enfriá las papas!!!".