Las barbacoas de San Juan

Nuestras barbacoas eran de alto nivel ecológico si las comparamos con las levantinas de San Juan

Con tantas noticias y curiosidades como hemos tenido en los últimos días (procesiones, incendios, sofocos y la inminente llegada de otro pleno municipal) se nos han escapado varios asuntos de interés general. Algunos días necesitaría tres o cuatro artículos, por cumplir. Pues entre ellos se me habían ido vivos los Juanillos de 2017, como si fueran ninots indultados. Pero viendo los telediarios nacionales, en los que no apareció ni medio minuto de la Magna, aunque sí algún informador en la playa de Cádiz diciendo que hacía mucha calor (la noticia sería que nevara), caí en la cuenta. Esas escenas dantescas de la Noche San Juan en las playas de Barcelona, de Valencia y casi toda la costa levantina, además de La Coruña. ¿Es que los de Costas no se orientan? En media España celebran las Barbacoas de San Juan.

Nuestras barbacoas del Trofeo fueron justamente prohibidas por la legislación local vigente. Con el apoyo de los que antes se oponían y con la oposición de los que antes estuvieron a favor. Como debe ser. Pero se debe pregonar muy alto, para que no digan que los gaditanos y las gaditanas son unos guarros y unas guarras, que nuestras barbacoas del Trofeo eran de alto nivel ecológico. Merecerían alguna bandera azul (o morada), si las comparamos con las horrendas barbacoas levantinas de la Noche de San Juan. Y no me refiero sólo a las del Trofeo de los últimos años, que estaban vigiladas por la Policía como si ellos mismos fueran a servir las chuletas o llegara un autobús del Cádiz CF. No, me refiero incluso a las del chalé de la familia Zapata, y los carritos que se perdían en el Hipercádiz histórico. Esto es, las que aspiraban a entrar en el Libro Guinness de los Récords. Pues esas barbacoas eran limpitas, viendo lo que se ve en Barcelona, Valencia o en La Coruña. Y Costas no las prohíbe, sino que se come esas barbacoas de San Juan con papas fritas.

Esto lo menciono en homenaje a nuestros Juanillos, que son simpáticos, y ecológicos. Este año hubo un justo homenaje al artesano Manuel Peinado. Este año pasó lo de siempre, que fue una fiesta de nivel secundario en el calendario gaditano, que tan nutrido está. Es una pena que no se potencien, ni se difundan, ni se proyecte un video en Fitur, para que vengan turistas, a mayor beneficio de la hostelería local.

Por el contrario, si organizaran unas barbacoas piratas de San Juan, y quemaran todo lo que sobra en casa, y se emborracharan hasta ahogarse en la orilla, aparecería en los telediarios. Eso es lo que se ha visto, sin que ningún ecologista se queje a la Colau.

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