Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

El fundador del PP, Manuel Fraga, popularizó en los 70 en España un dicho británico: “la política hace extraños compañeros de cama”. Ahora, ante el alboroto causado por los pactos a partir un piñón del PP con Vox en Valencia y su repudio en Extremadura, el jefe de la campaña de los populares se ha justificado. Podía haber sido franco y repetir la frase de Fraga, pero ha preferido tomarnos el pelo. Elías Bendodo ha dicho que su estrategia de pactos “no significa tener sólo un criterio, hablar con todos no significa tragar con todo; el PP es un partido transversal que aplica las matemáticas de Estado, si me permiten acuñar este término, ¿y qué son las matemáticas de Estado?, pactar y dar estabilidad y gobierno a los territorios con un único interés, el beneficio de los españoles”. A Groucho Marx se le atribuye una explicación más sencilla, “estos son mis principios y si no le gustan, tengo otros”.

El PP camufla sus pactos con Vox en 140 municipios del país y varias comunidades autónomas, porque le pueden perjudicar el 23-J, y Feijóo se esconde de los debates que la ciudadanía merece. A cuatro semanas de las elecciones no hemos visto más que teatro. También del presidente del Gobierno, al que le han fabricado un formato de entrevista a sus ministros, en los que él los elogia de manera mayestática y ellos acaban aplastados por el empalagoso algodón de azúcar. Deberíamos conocer los autores de estas ocurrencias. También al padre de la idea del Verano azul en cuya puesta en escena se ha lucido la auténtica vedette de los populares, Borja Sémper.

Una playa falsa en Madrid, de teatro, en la que este dirigente atractivo y moderado, con los pies desnudos en la arena, hasta da un saltito y junta los talones con elegancia. Sémper es el antídoto a tanto desmán ultramontano. Lo pasea el PP como un icono centrista. Tanto lo exhiben, que recuerda a George Bush padre en las elecciones americanas del 92 cuando se enfrentó a Clinton y al independiente Ros Perot en un debate a tres. No paraba de decir que sobre aquello de lo que se hablaba pensaba pedir a James Baker [su secretario de Estado] que hiciera una propuesta de futuro. Y Perot le espetó que por qué no se presentaba Baker a la Presidencia en vez de él. Tanto guarda el PP las opiniones de Feijóo sobre el culebrónVox y tanto se esconde detrás de Borja el candidato con ventaja en las encuestas, que cabría preguntarle al PP por qué no presenta a Sémper directamente a La Moncloa.

Y luego está el comodín del sanchismo. Siempre es condenable reducir a la condición de cosa a una persona por su oficio, género, ideología, o lo que sea. La cosificación concreta del presidente del Gobierno como una especie de Lucifer suma de todos los males sin mezcla de bien alguno es una caricatura que funciona. En esa carroza emocional viaja confortablemente instalado, camino de victoria, Núñez Feijóo. Eso, si me permiten acuñar el término, es teatro de Estado.

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