Hubo un tiempo que las palabras ciclostil o cliché electrónico tenían algún significado. Eran procedimientos baratos de impresión como los que se utilizaban en Jaramago. Ayer al final del acto en el que se recordaba la revista con motivo de su 40 aniversario costó trabajo encontrar un bolígrafo para que Rafa Marín pudiera firmar ejemplares de "El anillo en el agua", la novela donde narra aquellos años. Con menos pelos, más kilos y la nostalgia saliendo por los poros se recordaba aquella revista y aquel grupo nacido en 1977, en parte como alternativa a Marejada, que ya estaban aceptados por la cultura del momento.

Conocí a Juanjo Téllez en el verano de 1976 en alguna actividad del grupo juvenil de Santo Domingo. Proliferaban en Cádiz aquellos grupos donde los chavales iban a ligar, a jugar al ping pong y a cantar. En Santo Domingo estaban Pozanco y el cura Eugenio que introdujeron la semilla de la política en las cabezas de muchos, o sirvieron de acicate para los que ya tenían aquella inquietud. Por allí andaban Paco Jácome, Emilio López, Antonio Cabrera, Ildefonso Gómez y muchos otros, en la coral o por la zona social donde se hacía la revista Chorus. Si no cantabas en la coral debías tener algún grupo, como el Sin Nombre donde Téllez perpetraba música folk al estilo Aguaviva o Nuestro Pequeño Mundo. Aquel verano del 77 fueron reuniones interminables discutiendo de lo divino y lo humano. Gracias a Téllez conocí a Manolo, José Ángel, Guillermo, Rafa, Mateo, José Manuel, Ana, Antonio y muchos otros. Yo escribí una cosa nada más, aunque mi mayor aportación fue vender la revista en los pasillos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, donde estudiaba. Las colocaba en el suelo junto a los tenderetes del FRAP y el BNPG que iban preparados para el caso, como era habitual, de una refriega con la policía o con los de Fuerza Nueva. Juanjo y Rafa eran los motores de la revista y de muchas otras que vinieron después, algunas dedicadas al cómic. La política siempre estuvo presente en Jaramago, aunque de una manera algo difusa. Había gente del PSOE, del PTE y del PSA, creo recordar. Quizás la política, como el amor, flotaba en el ambiente porque recuerdo pocas discusiones sobre el tema aunque todos estábamos muy politizados. El tiempo ha hecho mella en el grupo, donde hay dos bajas. Han tenido éxito en la literatura Téllez y Rafa, lo que ya por entonces se podía presentir. El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos.