La torre del vigía

Ana / Rodríguez / De La Robla

De Cai

HACE algunos días leía en una atinada columna publicada en estas mismas páginas que, de algún modo, resultaba lamentable que Cádiz y los gaditanos fueran conocidos esencialmente por el empleo de unas determinadas peculiaridades lingüísticas -en concreto, los apelativos 'picha', 'chocho' o 'quillo'. Es bien cierto que, sin tener necesidad de renunciar a determinadas señas de identidad, no es aconsejable que esas señas nos esclavicen hasta el punto de erigirse en único rasgo distintivo, habiendo otros elementos tanto o más exportables que estos. De estas simplificaciones derivan "choteos" y tópicos que en nada nos benefician, y quien crea que afirmar tal cosa sea rematada hipérbole, que se pare a pensar en los pobres habitantes de Lepe, a quien todo quisque toma por el pito de un sereno.

El caso es que andaba yo pensando en estos temas cuando me percato de que los gaditanos no sólo ocupan titulares de prensa por semejantes patochadas, sino también por su contumaz afición a pasarse por las corvas el reglamento de Tráfico. Es de recordar, penosamente, que el primer detenido sin carné de conducir a raíz de las nuevas disposiciones de la DGT al respecto era oriundo de este suelo. En estos días continúa el goteo de infractores "de Cai", que al parecer ocupan las primeras posiciones en el total hispánico -en proporción, se entiende- por su inobservancia de las reglas. Es cierto que en España tenemos alergia a comportarnos cívica y civilizadamente en relación con la conducción (entre otras cosas): los semáforos están de adorno, las pautas de velocidad son para los otros, las rayas continuas se hacen discontinuas cuando nos conviene… pero conducir sin carné de forma reiterada ya pasa de castaño oscuro. Y lo peor de todo esto es que se entiende que la situación tiene gracia, que se es más machote cuanto más se transgrede la ley, que "mola" comentar con los colegas ante unas cervezas que fíjate, por ahí ando sin carné y no pasa ná de ná, que a los de Cai esas pamplinas nos resbalan, quillo.

Es obvio que los logros de esta hermosa tierra son muchos, muy dignos y muy otros. Lástima que algunos tópicos promovidos por sólo unos pocos "de Cai" los echen por los suelos.

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