Análisis

Mª Gloria Cano Révora

Doctora en Historia Profesora de Música de Secundaria

'El tío Caniyitas' y la música en el Cádiz de 1850

La coral de la Universidad de Cádiz se encuentra inmersa en la recuperación para el público gaditano de la ópera cómica El tío Caniyitas o el mundo nuevo de Cádiz, pieza compuesta por Mariano Soriano Fuertes con libreto de José Sanz Pérez, que fue estrenada en el Teatro San Fernando de Sevilla en noviembre de 1849. Meses más tarde El tío Caniyitas se convertiría en uno de los mayores éxitos del año 1850 en los teatros gaditanos, siendo representada ciento treinta noches, programándose incluso simultáneamente en los tres teatros de la ciudad, el Principal, teatro de primera categoría a la altura de los mejores teatros de España en esos momentos, el Circo y el Balón, estos últimos frecuentados por un público más popular.

Cádiz, a pesar de la lenta decadencia económica en la que se encontraba, disfrutaba aún de una importante vida cultural, teatral y musical. El público podía acceder en sus teatros a todo tipo de espectáculos, siendo del gusto en esa época una miscelánea de teatro, danza y música en larguísimas veladas que se prolongaban durante horas.

Los gaditanos encontraron en el El tío Caniyitas un espectáculo en el que identificaban no solo escenarios conocidos como la Plaza de San Juan de Dios, en la que se ambienta el primer acto, sino también personajes cercanos, gente del pueblo, y música popular. Resulta destacable el elevado número de representaciones de esta obra en Cádiz en 1850, pero no extraño en el contexto del ambiente musical gaditano en el que, particularmente ese año, podemos observar que la afición a la música era importante y los espectáculos musicales muy frecuentes.

En la calle de la Carne (actualmente la esquina entre las calles Columela y José del Toro), la Sociedad Filarmónica Gaditana ofrecía clases de lectura musical para las que llegó a publicar algún material didáctico, siendo la misma sala, junto con la de la Camorra, lugar habitual para sus reuniones musicales, en las que su orquesta acompañaba a artistas que visitaban la ciudad.

La zarzuela y la ópera fueron los géneros más demandados por los gaditanos. En 1850 se representaron en Cádiz trece zarzuelas distintas, algunas del propio Soriano Fuertes, como La Fábrica de tabacos de Sevilla, pudiendo citarse entre otras La venta del Puerto de Cristóbal Oudrid o El alma en pena de Carlos Llorens. Junto con la zarzuela era frecuente interpretar tonadillas, entre ellas la popular "El trípili o los maestros de la Raboso", y canciones.

El teatro Principal fue el escenario operístico gaditano en esos momentos. En 1850 dos compañías de ópera actuaron en sus tablas, la perteneciente al propio teatro, y otra procedente del Teatro San Fernando de Sevilla, una de las mejores de España, entre cuyas figuras se encontraban cantantes de primera línea que, tras su estancia en Cádiz, formarían parte de la compañía del Teatro Real de Madrid durante su primera temporada.

El panorama estuvo dominado por óperas de Donizetti, especialmente con Lucía de Lammermoor, Rossini, Bellini y Verdi, representándose dieciocho óperas en un total de ochenta funciones. Resulta especialmente interesante la presencia de Verdi, un compositor nuevo, cuyo primer gran éxito, Nabucco, estrenada en 1842, fue representada tres veces en Cádiz en 1850 junto a otras de sus primeras óperas, como I Masnadieri, estrenada en Londres en 1847 e interpretada también en tres ocasiones en el Principal en el año que nos ocupa. El público de Cádiz demostraba de esta forma estar al tanto de la música que se hacía y tenía éxito tanto en España como fuera del país en esos momentos.

Pero volvamos a nuestra obra, El tío Caniyitas, que como hemos referido anteriormente se anunció y estrenó como ópera cómica, término con el que también se aludía a la zarzuela, como de hecho aparecía en muchas ocasiones denominada en la prensa de la segunda mitad del siglo XIX. La confusión en los términos se explica porque la zarzuela, nacida en el siglo XVII pero eclipsada por la ópera italiana en el XVIII, se encontraba a mediados del XIX en momentos de resurgimiento. El tío Caniyitas podría pertenecer a lo que algunas investigaciones recientes denominan zarzuela isabelina, un género intermedio entre la ópera, completamente cantada, y el teatro cómico, exclusivamente declamado. También es situada por algunos musicólogos en el origen de la opereta española, siendo la opereta un género que se desarrolló en Europa a lo largo del siglo XIX y que combinaba partes habladas y cantadas, caracterizada especialmente por sus argumentos jocosos y a veces disparatados.

El propio Soriano Fuertes trata de explicar qué es El tío Caniyitas en uno de sus libros, ya que fue uno de los pioneros de la musicología española, defendiendo que no había tratado de imitar la ópera extranjera, sino por el contrario, presentar las costumbres del pueblo, con música sencilla que aficionase a la gente a ese tipo de espectáculos, al estilo de algunos compositores de otras naciones que daban cierto sabor local a sus obras lírico-dramáticas. Soriano Fuertes se mostraba así orgulloso de que su música hubiera trascendido a las plazuelas.

Por último, El tío Caniyitas está siendo estudiada en los últimos años como fuente de información sobre la música preflamenca, encontrándose, por ejemplo, en el origen de la aparición del pregón en el Mirabrás, siendo posiblemente Antonio Chacón, inspirado en los que se pueden escuchar en El tío Caniyitas, uno de sus primeros intérpretes. Su estreno sevillano hizo ver por primera vez en un teatro la danza del vito, danza de inspiración andaluza cuyo origen parece estar en el Cádiz de las Cortes, y que alcanzó un importante grado de popularización. También fue esta obra la primera en la que se pudo ver en un escenario el cante de fragua, elevando a la escena teatral un cante que se desarrollaba en la intimidad del hogar y las fraguas de gitanos, y contribuyendo a su difusión. El propio Verdi incluiría solo cuatro años después un coro de gitanos que canta mientras escucha el golpear de martillos en los yunques en su ópera Il Trovatore.

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