Muchos bailes agarrados, cientos de besos a plena luz del día y un ejército de mariposas dispuestas a revolucionarles el estómago. Les deseo el milagro del día a día, la belleza de un lavado blanco tendido al sol. Les deseo un paso adelante, una mano que les levante, una boca donde refugiarse del frío y un corazón que les proteja de la lluvia. Les deseo ojos grandes que sepan leer, acariciar y comprender. Les deseo ese café que nunca llega y la cerveza que les deben. Les deseo que conserven a todos y cada uno con los que esta noche se sienten a la mesa. Que no falte nadie el añito que viene. Les deseo, sobre todo, fe (en su dios, en la ciencia, en el hombre, en la vida) y esperanza. Les deseo el primer amanecer del planeta. Las alas de un ángel. El primer plano. Un arcón de nuevas palabras. Unas vacaciones en el País de las Maravillas. Un puñado de hojas en blanco y el tiempo para tatuarlas. Les deseo que reten a lo imposible. Y que ganen.