Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Tras la inaudita victoria del Glorioso sobre el Atlético de Madrid, titulaba mi último artículo Una Monja en la Cárcel, o sea, una sor presa o, simplemente, sorpresa, gran, grata sorpresa. Digo, o escribo todo esto, porque esta vez no hubo sorpresa, no, un equipo con mejores jugadores y más trabajado que el Glorioso le gana al Glorioso, nada nuevo bajo el sol. Pero como algo habrá que decir, empezaremos esta croniquilla un poco desalentado y apático tras abandonar la pantalla de la tele diciendo que, por ejemplo, el primer gol de la Monárquica Sociedad de San Sebastián, era hiperevitable, ay, no, perdón, amigos de Euskalerría, ¿se escribe así?, quise decir Donosti, vocablo que suena un poco a topónimo italiano paseando bajo la lluvia del Barrio Viejo.

El primer mosqueo con el Glorioso comienza con el penúltimo golito. Sucedió la agarrada en un córner, repito, fue en un córner. Cuando se saca un córner se supone que todos los players deben o deberían mirar para la esquina desde donde va a lanzarse la bola, ¿verdad? Pues no fue así exactamente, porque había negros (el Glorioso muda de color a capricho) que miraban pasar las nubes por el rincón opuesto. Espero que el lenguaraz e infantil Vinicius, no lea estas líneas. Lo digo por lo de negro. Todos distraidísimos, hala. Me recordó el córner que dio lugar al cuarto gol que eliminó al Barsótida en la fría ciudad de Liverpool hace pocos años y que dejó esmoresío al Más Grande. No es necesario decir Messi. Todo el que ama el balompié lo siente, piensa y dice.

Tan despistados estaban los del Glorioso que hubo de salir como loco Ledesma a intentar tapar al chinojaponé, dejando el marco, como se exponía antes, vacío. El “Pesca”, o sea, Oyarzábal, ojo con la tilde, que nadie la escribe, taconeó como si fuera Antonio y Merino disparó a portón vacío. Todos los presentes y los que tenemos los móviles abiertos los 90 minutos cambiando impresiones, pusimos el grito, no en el cielo, sino en los oídos de los arcángeles del cielo. ¿Se puede estar más atontado, Señor? Nenes del Glorioso, que no estamos en Cortadura jugando con Quino, Manolín Bueno, Marín o Milósevic con su pata coja, no, nos estamos jugando estar, o no, en la ominosa segunda la próxima añada. Manda óvulos, ¿verdad?

Del resto, para qué acordarse. La inoperancia de Gómez ante la miopía del entrenador, otro que no acaba de enterarse… Dos paradones de Conan, cosa habitual ya. Pelotas al contrario a mogollón. Brujuleos animosos -pero sin hallar cooperación- de Juanmi… Sobrino a lo suyo. Cris partiéndose la ceja contra su marcador…Y para colmo de los colmos, el Celta remonta a un Sevilla paniaguado y sin punto de mira. Seguid dándoles la espalda a los córneres... Bye, bye, nenes. Despedíos de la primera.

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