Los astilleros de la Bahía albergan en la actualidad 2.600 empleos procedentes de la industria auxiliar, puestos que, según explican los sindicatos de las empresas de este sector, podrían quedarse de brazos cruzados antes de 2012. Porque, aunque la carga de trabajo en las tres factorías está asegurada hasta ese año, no todas las tareas de la línea de producción culminan en esa fecha. Muchas de las mismas finalizan incluso un año antes de que las embarcaciones en cuestión sean puestas en el mar. Esto es, terminada su labor, se quedarán mano sobre mano a la espera de nuevas contrataciones, unos encargos que no llegan, y sobre los que se tienen pocas esperanzas. Juan Antonio Arroyo López, presidente del comité de Mancobra, una de estas empresas auxiliares, explicaba ayer a este periódico los pormenores de una reunión mantenida el día anterior con Fernando Miguélez, director de producción de los astilleros San Fernando-Puerto Real, en la que éste reconocía la dificultad de cerrar nuevas operaciones tanto de carácter civil como militar.

Arroyo apuntaba en consecuencia a una gradual pérdida de puestos de trabajo, de tal manera que en una primera estimación la disminución podría materializarse entre 600 y un millar de empleos antes de finales de año, especialmente de los sectores que trabajan con el acero. A buen seguro que superarán los mil en el primer trimestre de 2010. Miguélez, en unas declaraciones en el astillero isleño el miércoles, no era tan pesimista. "Estamos trabajando en que cada pérdida que se produzca antes de finales de año pueda recuperarse a principios de 2010", admitía. Pero las esperanzas de los sindicatos son pocas, y menos aún las expectativas de futuro. "El trabajo en los astilleros es actualmente el pulmón de subsistencia de estas empresas; hay que admitir que en la Bahía no queda mucho más".