de poco un todo

Enrique García-Máiquez /

Un gobierno interesante

HAY una maldición china con muy malas pulgas: "Que vivas tiempos interesantes". A nivel aldea global, gran parte del interés proviene de los propios chinos, incansables causantes de su propio mal de ojo. En España, el Gobierno es el primer productor nacional de interés. No para. Brillar, brilla como protagonista estelar de la maldición china en versión hispánica.

Podemos aventurar que cuando gobierne Rajoy todo será inmensamente más aburrido. No hay más que verle. Incluso al final de un mitín de campaña confesó: "Vaya tostón que os he soltado", consciente de su inquebrantable falta de interés. Quizá eso sea a medio plazo una bendición para nuestra economía, aunque también cabe la posibilidad de que los sindicatos y los manifestantes callejeros despierten de su sopor de ocho años, y contribuyan a aumentar el interés de la situación social. Siempre y cuando sea contra un gobierno popular, por supuesto. Lo veremos.

Hoy por hoy, lo indudable es que el Gobierno de ZP & cía. no necesita ayuda. Se ha revelado como uno de los más interesantes (en un sentido chino mandarín) de la historia de España. Y su final promete nuevas emociones. Al menos en lo que a producir interés se refiere, no se han rendido. Mientras Leire Pajín sigue dale que te pego con las leyes de igualdad, que es la especialidad de la casa, las luchas de poder dentro del consejo de ministros y de la cúpula del PSOE chorrean tintes shakespearianos, salvando las distancias.

Ha sido apasionante la salida a escena y de la escena, una salida para salirse, de la ministra de Defensa Carme Chacón. Se ha defendido a sí misma, y ha lanzado una nube de sospecha sobre todo el proceso sucesorio, incluyendo presiones capaces de desestabilizar al PSOE, al mismísimo Gobierno de España y al presidente y secretario general del partido. Con mucho menos, se escribe un best-seller trepidante de espías, cenáculos secretos y lobbys feroces. Y con mucho menos aún te plantan una denuncia por violencia de género: Leire, dime, ¿es discriminatorio o no que un candidato se imponga así de abusivamente a una candidata? Aunque, para no ponernos tan graves, fijémenos también en el punto de comedia de los movimientos de los distintos barones y diputados socialistas. Esto parece un baile de máscaras. O el juego de la silla, donde todos bailan lo que suene en ese momento, pero preocupados por encontrar un asiento -cada vez hay menos sillas- cuando se pare de golpe la musiquilla. Otras veces parece una onírica partida de ajedrez en que las fichas del mismo color se comen por la espalda.

La situación actual es, por tanto, un paraíso para tertulianos y columnistas de opinión, que podemos lanzar al aire hipótesis multicolores como fuegos artificiales. La maldición china rige para el resto de la gente. Si al ver el telediario o leer el periódico, usted musita: "Um, qué interesante", ya sabe, témase lo peor.

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