La firma invitada

Francisco Vázquez García

Neocaciquismo y Universidad

ES conocido el adagio de Marx recordando, a propósito del 18 de Brumario de Luis Bonaparte, que todo acontecimiento histórico se repite dos veces; la primera como tragedia y la segunda como farsa. En España, especialmente en las regiones del centro y del sur, sufrimos durante décadas el azote, a la postre tragedia fratricida, del caciquismo. Este sistema convertía a los procesos y a los actores políticos en marionetas del poder clientelar tejido por los grandes terratenientes andaluces, extremeños y castellanos, asociados con las élites financieras madrileñas. La denuncia de esa trama fue la seña de identidad de los primeros grupos que en España se autodesignaron como intelectuales, desde los regeneracionistas encabezados por Joaquín Costa hasta los noventayochistas liderados por Unamuno.

Pues bien, en una versión cómica, pero en un contexto diferente, el de un neoliberalismo cínico y agresivo que pretende deshacer en Europa todo el andamiaje de derechos y de conquistas que constituye el Estado social, sucede como si el caciquismo más cerril quisiera verse resucitado en un episodio aparentemente menor y de alcance local. En una curiosa amalgama, alcaldes de mira estrecha en alianza con algunos políticos irresponsables, juegan a dejarse querer por un nuevo caciquismo. Éste, aunando una retórica de fachada neoliberal mal digerida ("demanda social", "mercado laboral", "cultura emprendedora") con el comarcalismo más provinciano ("Universidad de la Sierra"), pretende convertir un servicio público, como es la Universidad de Cádiz, en la sección de recursos humanos de una empresa privada.

Y todo ello cuando se pondera la necesidad de limitar el gasto público, cuando desde las propias autoridades autonómicas se ha reconocido el error de haber multiplicado el número de Universidades de un modo excesivo. En este escenario nace de pronto un clamor (¿espontáneo?) defendiendo la existencia en la provincia de una nueva Escuela de Enfermería, de otra Facultad de Medicina o incluso de una Universidad de la Sierra. ¿Se trata de una secular reivindicación de toda la comarca o ha sido alentada aprovechando el malestar y las calamidades derivadas de una crisis que ha hecho mella en esos contornos? Ante la negativa sensata y razonada por parte de las autoridades del Alma Mater gaditana, con su Rector a la cabeza, y frente al veto responsable por parte de la Junta de Andalucía, los actores de la farsa en cuestión han apostado por las viejas armas del libelo y de la algarada callejera, difamando a la Universidad de Cádiz y a sus intentos de verdadera proyección social e internacional. Un nuevo fantasma recorre la provincia, el espectro de un despotismo actualizado que tiene su Manifiesto de los Persas en esos panfletos que llevan por nombre 'La Verdad'. ¿Quién es el Luis Napoleón o Mr. Marshall que mueve los hilos de este populismo de pacotilla? ¿Quiénes se dejan seducir por este combinado servil de localismo irredento y capitalismo (o más bien cesarismo) depredador?

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