La cornucopia

Gonzalo Figueroa

Sonata triste granadina

PIENSO en Luis García Montero, dolorido por la sentencia que un juzgado de Granada dictara por presuntas injurias que el poeta habría proferido a su colega de la Universidad de esa ciudad, José Antonio Fortes, quien persigue una cuantiosa indemnización al efecto.

Ignoro si el querellado ha apelado esta resolución judicial, algo que personalmente apoyaría con entusiasmo, a pesar de las declaraciones que ha formulado a la prensa en sentido contrario, porque las expresiones que han originado este pleito y que Luis García Montero habría emitido, son una consecuencia, según declara, del sufrimiento que le ha causado, tanto a él como a su familia, la forma despectiva en que Fortes se ha referido a su persona. "Llevo años aguantando impertinencias…Se usa el miedo para recortar las libertades y ofrecer seguridades falsas. Eso sí, que hay que distinguir entre opinión y calumnia" (El País, 16.11.08).

"Nada más solitario que el dolor,/ porque también excluye a quien lo siente,/ si con él se traiciona o se acompaña/". Pero un hombre de éxito como Luis no debe ceder al desconsuelo, ni admitir sin más ninguna afrenta. El cariño de miles de poetas, músicos, artistas, profesionales y gente corriente, expresado en tertulias y foros y en la campaña de apoyo que se ha iniciado a través de Internet, compensa con creces tales padecimientos. "La vida no traiciona, sólo existe/ de un modo diferente a lo esperado/ y es justo que se cuide, pues la cito/ cuando tengo interés en malgastarla/".

Y así le recuerdo que nos dijo: "Sin hacer equipaje de rencores,/ sin bromas en el reino de los justos,/uno aprende a cambiar de domicilio/.Resulta imprescindible/ medir el tiempo de la realidad/ y que no sea demasiado tarde/".

Porque: "Ya que todo se mueve, ya que el tiempo/ bajo los pies se descompone y cae,/ regresa hasta el lugar donde las huellas/ forman parte de ti/ como un destino/ de arena que resiste en algún sitio/ detrás de cada ola/". "Y llega hasta el final,/ mírate frente a frente./ Pero luego/ ten orgullo y valor, no digas nada/ sino en presencia de tus abogados/ que se llaman memoria, realidad y deseo/".

Y si te "persiguen las ascuas de una luz enemiga", mi único deseo será, simplemente, como un sencillo homenaje, "que tengas un buen día,/ que la suerte te busque/ en tu casa pequeña y ordenada,/ que la vida te trate dignamente/".

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