Ala vista de los impresionantes carteles de la feria taurina del Caballo en Jerez, el hecho de que en la Feria de Primavera y del Vino Fino de El Puerto de Santa María se reinaugure la Plaza Real con un festival, cobra su verdadera dimensión de petardo.

No se pueden poner paños calientes. Saldar la feria de El Puerto con un festival ya de por sí es de traca, pero que la Plaza Real abra por vez primera sus remodeladas puertas para un festival, es un mamarracho. Y disimulen la crudeza. Reestrenar la plaza de El Puerto de corto es quitarle categoría al acontecimiento y, por supuesto, a la feria. Ni para la feria vale un festival.

A pocos kilómetros se monta una feria rematada en Jerez y si miramos a Sanlúcar la plaza de El Pino ha organizado más espectáculos taurinos en 2015 que El Puerto.

¿Y qué hacemos aquí? Nombramos una comisión. Hay una vieja cita que dice "cuando no sepas que hacer con algo, nombra una comisión". Yo me acuerdo de Hayek, que decía que un camello es un caballo diseñado por una comisión de expertos. Ya está arreglado el toreo en El Puerto: una comisión. Hoy visita la flamante comisión las obras de la plaza y comprobará si el reestreno merece un festival o una corrida de toros en regla.

Parece que la política taurina no tiene muchas ideas para el futuro del toreo portuense y la Plaza Real esprinta hacia el espejo de la plaza de toros de Ronda: un museo que solamente abre sus puertas para la lidia una vez al año con un festejo del colorín.

Dicen que José Tomás vuelve para torear en sitios donde el toreo está en peligro y necesita su tirón. El Puerto es uno de ellos, a ver si por fin la empresa de El Puerto define quien lleva la voz cantante y se pone manos a la obra para montar un verano de categoría y la reinauguración que merece la Plaza Real.