de todo un poco

enrique / garcía-máiquez

Menos quejas de más

NO dejan de quejarse en el PP de que su corrupción recibe más atención mediática que la del PSOE. Echan a pelear, agraviados, los millones del caso Bárcenas con los millones de los ERE; y la procedencia del dinero, en un caso, privada, en otro, pública. Y se duelen de la desigualdad del trato, compungidos.

Deberían descompungirse por un buen puñado de razones. Cuando la prioridad es la limpieza de tu casa, lo lógico es preocuparte por la suciedad propia y no ampararse en que la del vecino es mayor. El "mal del otro, consuelo de político" es una versión partitocrática aún más tonta que el "mal de muchos", que por lo menos es un refrán democrático 100 %. Encima, quejarse trae descrédito: ahora, por fin, comparece Rajoy, pero con cara de disgusto y con la imagen de llegar a empujones o arrastrado o ambas cosas a la vez.

Por otro lado, hay una lectura elemental, que en el PP no hacen. Si su corrupción clama más al cielo demoscópico y mediático es porque todavía, de modo subconsciente, se le supone o suponía un partido más honrado. También entre quien no les vota, que no se vota sólo por la supuesta honradez de los políticos, la idea de una derecha menos trincona está o estuvo bastante extendida en el imaginario colectivo. En sus campañas electorales, el PP exprimió mucho esa imagen, junto con la de eficacia, así que ahora no tendría que extrañarse de que su corrupción provoque mayor escándalo social, sino comprender el desengaño.

Otro factor sería que, mientras el gravísimo caso de los ERE se circunscribe a una comunidad autónoma, el caso Bárcenas afecta al partido en el gobierno de la nación. Se puede comprobar en la calle a diario que el ámbito de preocupación política de los españoles sigue siendo España; y que las autonomías un poco se conciben, de nuevo en el subconsciente, como grandes sumideros de presupuesto, tanto por lo civil como, por desgracia, por lo criminal.

Ojo, no estoy defendiendo esto, Dios me libre, sino constatando unas percepciones en la opinión pública que tienen su reflejo mediático en la diferente atención que se presta a unos casos y a otros. Se acerca el día o ya está aquí en que los escándalos del PP escandalicen igual de poco que los de otros partidos. Y que cuando eso pase, quizá algunos responsables irresponsables respiren tranquilos, pero el Partido Popular habrá perdido el mayor de sus activos.

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