encuentros en la academia

Fernando Belizón Rodríguez

Jorge Juan en la Bahía de Cádiz

ENTRE las múltiples actividades de carácter científico que llevó a cabo a lo largo de su vida este insigne marino fundó en 1753 el Real Observatorio de Cádiz, instalado en el antiguo Castillo de la Villa de esta ciudad.

Esta modélica institución continúa su andadura científica desde entonces, hoy con el nombre de Real Instituto y Observatorio de la Armada, y ubicado en la ciudad de San Fernando desde 1798.

En una de las etapas más creativas de su vida como Capitán de la Compañía de Guardias Marinas en la Academia Gaditana, a través de la puesta en marcha de un nuevo plan de estudios por él ideado, imprimió un fuerte carácter matemático y astronómico a las enseñanzas que a partir de entonces se habrían de impartir en dicha institución.

La astronomía náutica y los nuevos métodos de navegación basados en ella se imponían a mediados del siglo XVIII, cuando estaba a punto de ser resuelto (1761) el problema de cálculo de la longitud en la mar.

Por otro lado la construcción naval, área en la que también trabajó activamente en la bahía, se enfrentaba en aquellos años en España al dilema de construir buques según el modelo ingles o el modelo francés.

Precisamente esa faceta matemática, astronómica, ingeniera y cultural tanto en su obra como en su labor docente, se trata de desarrollar brevemente en este trabajo. A lo largo de la exposición, se hace un recorrido por su trayectoria, fundamentalmente durante su etapa gaditana y la expedición al Perú, centrándome en concreto en unos antecedentes acerca de la situación en España y en Europa de estas tres ciencias hasta su nacimiento, su ingreso y etapa de alumno en la academia, lo que significó para su formación la expedición al Perú, y desde su nombramiento como capitán de la compañía de Guardias Marinas hasta su marcha a Madrid en 1766. Por último haré una breve reseña sobre la fundación del Real Observatorio de Cádiz. Me interesa destacar aquí y ahora precisamente esa etapa porque es la que está más ligada a la Armada y a la fundación del Observatorio.

Inquieto y preocupado por el conocimiento científico que corría por Europa desde principios del siglo XVII, no dudó en abrazar la nueva ciencia y desarrollar su obra basado totalmente el ella. Las obras de Newton, Galileo, Huygens, etc. fueron su escuela, a pesar de las dificultades que encontró en España, que no participaba demasiado de las corrientes europeas.

La expedición a los reinos del Perú, donde tuvo la oportunidad de conocer y aprender de científicos de talla mundial, y de experimentar y efectuar mediciones físicas, conformaron totalmente su espíritu en la certeza de que la nueva forma de edificar la ciencia estaba basada en un conocimiento profundo de las matemáticas.

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