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Cádiz

Las bicicletas se suben a la acera

  • Las ordenanzas alteran la convivencia de peatones y ciclistas en los espacios comunes que ahora deben compartir y no plantean soluciones a los problemas actuales de los vehículos de dos ruedas

Las nuevas ordenanzas municipales del Ayuntamiento, aún en espera de aprobación, plantean serios cambios en la convivencia de peatones y ciclistas en la ciudad. La legislación actual, de competencia estatal, prohíbe el uso de las zonas peatonales para las bicicletas. Ahora el Ayuntamiento busca hacer un hueco a las bicis entre los caminantes.

La nueva ordenanza cita que los ciclistas podrán hacer uso de los espacios peatonales siempre que en estos no haya peatones, y en el caso de que los hubiera, los ciclistas tendrán que bajarse de la bicicleta para llevar la misma andando. El cambio no parece bien recibido por los que disfrutan cada día de un paseo tranquilo junto a la playa.

"La normativa va a servir para que haya más bicicletas por el Paseo Marítimo y la gente no va a bajarse cuando vea a los peatones. Al final habrá más accidentes, y personas con menos movilidad como nosotras caminaremos asustadas", decía Carmen Álvarez Palacio mientras paseaba. Para ella es preferible que se acote la zona del paseo en la que pueden circular "así por lo menos los peatones estaremos prevenidos", comentaba.

Sin embargo, Carlos Santos, un ciclista, considera la nueva ordenanza una "tontería, un dibujo sobre la acera sólo traerá problemas como en el Campo del Sur por donde todos los días ciclistas y peatones se cruzan en un espacio pintado que es "carril-bici", pero que no deja acera para el resto de viandantes". Además añade que "bajarnos de la bici cada vez que haya peatones supondrá un subir y bajar de bici constante". Y se pregunta: ¿cuándo no hay gente en el paseo? Así prefiero ir andando en una ciudad idónea para la bici, pero el Ayuntamiento no va a cambiar su línea azul por un carril bici en condiciones", decía indignado.

La ordenanza aún por tramitar ya plantea serias dudas de mejora para quienes transitan a diario por la vía pública. La actual norma, nos comenta la Policía Local, prohíbe el uso de zonas como el Paseo para los ciclistas, pero "somos flexibles, si el ciclista no va esquivando a los peatones y va a una velocidad prudente no se le multa", a pesar de que la norma lo contempla.

Con la legislación actual o con la futura ordenanza, nos dice Juan, otro ciclista, que lo coherente son "zonas especiales para las bicis, para que no nos molestemos". Como él, muchos ciclistas practican también deporte con ella y es molesto además de peligroso meterse en la carretera con coches que se impacientan por adelantar, "pero mientras tanto seguiremos cogiendo por la carretera, lo hacemos todos los días hasta que vemos que no hay peatones y nos subimos a la acera".

En el otro extremo, los turistas del crucero Aida van en tres pelotones de veinte por el Paseo, aparcando sus bicicletas ocupando más de la mitad del mismo y avanzando hasta de tres en tres en su vuelta por la ciudad, "no conocemos las normas ni nos las han explicado", cuenta uno de ellos. La bicicleta encuentra beneficios por todos lados, el turismo se hace eco y aplica una novedosa forma de ver la ciudad.

A la vista está que son necesarios cambios más detenidamente pensados, para disfrutar de una ciudad con distancias de bicicleta, entretener a turistas que buscan nuestra brisa y a caminantes con ganas de estirar las piernas con tranquilidad.

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