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Sorteos

Los problemas que te puedes encontrar al ganar un décimo de Lotería de Navidad

Un grupo de personas celebrando un décimo premiado.

Un grupo de personas celebrando un décimo premiado. / Jesús Hellín

Una de las mayores alegrías de la Navidad puede ser ganar un premio en el sorteo de la Lotería Nacional. Pero esa emoción puede truncarse ante los problemas que puedan surgir al compartir un décimo jugado, estar casado en régimen de gananciales o intentar apropiarte de un premio que no te pertenece. Desde Legálitas analizan qué se debe tener en cuenta para evitar que surjan posibles incidencias al ser uno de los afortunados del sorteo de Navidad.  

Si el matrimonio está en régimen de gananciales y uno de los cónyuges es agraciado en el sorteo de la lotería, el premio tendrá carácter ganancial, es decir, que será de los dos. Si el matrimonio es en régimen de separación de bienes, el premio será exclusivamente para el cónyuge que compró el décimo. Aunque si fue comprado por ambos cónyuges, les corresponderá, de forma privativa, a los dos en el porcentaje correspondiente.

El Código Civil establece que la sociedad de gananciales se disuelve en el momento en la que se decreta el divorcio y, por lo tanto, puede considerarse que el décimo premiado es ganancial.

¿Qué sucede si alguien se olvida de pagar su parte en un décimo compartido que resulta premiado?

En estos casos se pueden dar dos situaciones. Un primer supuesto, en el que la persona adquiere siempre con la misma peña o grupo de amigos el mismo décimo de lotería y este año ese décimo no le ha sido entregado porque no lo abonó, por lo que no podrá reclamar independientemente de que sea comprador habitual.

Aunque no hay ninguna pauta oficial para compartir un décimo de lotería con otros, hay varias recomendaciones:

1. Dejar el acuerdo por escrito:

La lotería funciona "al portador", es decir, la persona que tiene el boleto en su posesión es la que podrá cobrarlo. Así y como físicamente solo lo puede guardar una persona, conviene dejar por escrito en un documento el acuerdo de compartir la compra entre varios y la manera de dividir el dinero si ese décimo resulta premiado.

Otra manera de compartir el décimo de forma segura es fotocopiar el décimo entre todos los amigos o familiares e incluir en cada fotocopia todos los datos mencionados anteriormente, así como la firma de cada uno de los participantes.

Si existe un grupo de WhatsApp en el que están todos los participantes, se debe enviar una foto del décimo compartido a ese grupo con todos los datos de interés. Aunque este paso tiene sus limitaciones, ya que los pantallazos de esta aplicación pueden falsificarse y ser manipulados. En caso de duda se podría llegar incluso a necesitar la intervención de los proveedores de telefonía para su verificación.

¿Qué sucede si el décimo está dañado o estropeado?

Legálitas destaca que poseer un décimo estropeado o en malas condiciones puede suponer que se dude de su validez, incluso llegando a someterse a reconocimiento oficial si se considera necesario antes de cobrarlo.

Si el décimo es robado se deberá interponer la correspondiente denuncia en la comisaría de Policía Nacional más próxima, Guardia Civil o en el juzgado de instrucción de guardia explicando los hechos ocurridos y aportando copia de todas las pruebas que se hayan podido recabar.

La Instrucción de Loterías, aprobada por Decreto de 23 de marzo de 195, establece que los décimos son documentos al portador, por lo que no se reconoce más dueño que al que los presente, salvo que un tercero pueda acreditar lo contrario dentro de un procedimiento judicial. Así, esta normativa deja la puerta abierta al cobro del premio si se acredita el derecho por parte de un tercero que no lo porta.

Encontrarse un décimo de lotería que después resulta premiado puede convertirse en un regalo envenenado si quien extravió el décimo demuestra su titularidad. Se debe tener presente que, quien se queda y cobra un décimo extraviado, puede incurrir en un delito de apropiación indebida, tal y como dispone el artículo 254 del Código Penal, al castigar con penas de multa de tres a seis meses con cuota diaria de dos a cuatrocientos euros, a quien se apropie de una cosa ajena.

Desde un punto de vista fiscal, si se compra un décimo entre varias personas o bien se hacen participaciones de este, deberá firmarse en la parte de atrás o dejarse especificado quién está asumiendo la compra de este. Legálitas destaca que no es lo mismo ser el comprador del décimo y luego querer compartirlo con alguien de la familia o un amigo, a que el décimo se compre con más gente y luego ese décimo resulte premiado.

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