Una dermatóloga revela la cantidad ideal de protector solar que se debe aplicar: "Dos dedos para la cara y un vaso de chupito para el cuerpo"

Los cielos despejados y las altas temperaturas propias del verano invitan a realizar actividades al aire libre, ya sea en la playa o en la montaña. Esto hace que nuestro grado de exposición solar y, en consecuencia, a las radiaciones aumente de forma considerable. La piel sufre principalmente las consecuencias de esta radiación, que van desde el enrojecimiento y las quemaduras en el corto plazo hasta el daño celular y el aumento del riesgo de padecer melanomas.

Los efectos de la radiación solar son acumulativos. El bronceado puede reportar una mejor apariencia externa a nuestra piel, pero acelera la destrucción del colágeno y la elastina y desgasta la capacidad de regeneración. Además, una vez que desaparezca, puede dejar manchas oscuras y arrugas profundas como resultado de una exposición prolongada al sol sin las protecciones adecuadas. En este sentido, ¿cuáles son las claves que debemos seguir para cuidar nuestra piel en verano?

Los fotoprotectores se erigen como el mejor aliado para prevenir los daños derivados de la radiación ultravioleta. En este sentido, la dermatóloga y colaboradora de Saber Vivir Ana Molina recomienda seguir estas reglas en relación con la cantidad que nos debemos aplicar.

"Si el protector es en crema, necesitamos prácticamente dos dedos para el rostro y una vaso de chupito (30 mililitros) para el cuerpo", afirma. Lo ideal es que un dedo sea de crema blanca y otro de color, pues los pigmentos mejoran la protección de la luz azul. En cambio, si el fotoprotector es en esprái se debe seguir esta regla: "6 pulverizaciones para la cara y 60 para el cuerpo", o sea, 12 por extremidad (brazos, piernas, espalda y tórax). "Solemos aplicar la mitad de la cantidad que necesitamos", insiste.

La experta responde también en una publicación de Instagram (@dr.anamolina, con más de 370.000 seguidores) a algunas de las preguntas frecuentes en torno a este producto.

¿Cuáles son las mejores horas para tomar el sol?

"El sol siempre tiene un impacto en nuestra piel, pero hay horas del día mucho mejores para exponerse", indica la experta. Estas son aquellas en las que la sombra es muy larga, es decir al inicio y al final del día. Se debe evitar la exposición durante las horas centrales, en las que el sol incide con mucha más fuerza. "Lo mejor es tomar el sol lo antes posible para ayudar a regular el ritmo circadiano", recomienda Molina.

¿Cuándo debemos echarnos crema?

Siempre que vayamos a tomar el sol, "aunque sean diez minutos", apunta la dermatóloga. Idealmente, el protector solar se debe integrar en nuestra rutina diaria de cuidado de la piel, como un paso más al nivel de la limpieza o la hidratación. Así, "nos acostumbramos a que sea nuestro mejor aliado contra el sol y el envejecimiento", asegura la experta.

Algunas partes del cuerpo que también necesitan protección solar y suelen olvidarse son las orejas, la línea de implantación capilar o alrededor de los ojos. Incluso, "debemos usar sticks con protección solar para proteger los labios", aconseja esta dermatóloga.

¿Y si voy a estar en el agua?

Sí, la crema solar es necesario aplicarse crema solar aunque vayas a estar largos ratos dentro del mar o la piscina. De hecho, existen protectores resistentes al agua. "El reflejo del agua aumenta la radiación directa e indirecta sobre nuestra piel", señala Molina y añade, "se debe reaplicar el protector solar conforme salgamos del agua" o mínimo cada dos horas.

¿La crema solar caduca?

Los protectores solares cuentan con dos fechas de caducidad. La primera, que suele aparecer como "usar antes de", se refiere el tiempo en que el protector mantiene sus propiedades antes de abrirlo. La segunda es el period after opening (PAO), que se indica con el dibujo de un tarro y un número seguido de una M, es decir, los meses en los que tarda en caducar la crema una vez abierta.