Cuánto hay que pagar por recibir una herencia con el Impuesto de Sucesiones
Los herederos tendrán que pagar más o menos dinero dependiendo de la comunidad autónoma
Recibir una herencia es un proceso complicado, las emociones están a flor de piel y es que despedirse de un ser querido no es fácil. Además de estar atravesando un duelo, los herederos deben enfrentarse a un nuevo panorama en el muchos desconocen qué es lo que deben hacer y cómo tienen que hacerlo.
El Impuesto de Sucesiones sigue siendo uno de los tributos que más dudas genera entre los ciudadanos, sobre todo porque su importe no es igual en todo el país. Aunque existe un marco estatal común para el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, son las comunidades autónomas las que determinan en gran medida cuánto se paga finalmente. Mientras que en algunas regiones se hereda prácticamente gratis, en otras la factura puede ascender a varios miles de euros.
Las bases del cálculo: patrimonio, reducciones y tipos
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se recibe una herencia es el valor del patrimonio heredado: vivienda, cuentas bancarias, inversiones, vehículos o cualquier otro bien. A esa cifra se le restan las deudas y los gastos que se puedan justificar, como los del funeral o determinados tratamientos médicos previos al fallecimiento.
El resultado es la base imponible. Sobre ella se aplica una tarifa estatal con tipos que van desde el 7,65% hasta el 34%, según la cuantía. Esa primera cifra es orientativa, porque después se añaden otros factores que pueden cambiar completamente el importe final.
El parentesco entre el fallecido y los herederos será fundamental para determinar la cuantía de la herencia. Los herederos directos —hijos, padres y cónyuges— suelen disfrutar de reducciones importantes, y los menores de 21 años cuentan con deducciones aún mayores. También hay bonificaciones para personas con discapacidad, que pueden rebajar el impuesto de forma sustancial.
Todo esto es necesario tenerlo en cuenta pero lo que realmente va a determinar la cantidad de dinero que hay que pagar va a ser la comunidad autónoma en la que haya vivido de manera habitual la persona fallecida. Cada una de las regiones tiene libertad para gestionar este asunto y las diferencias entre unas y otras son muy grandes.
Diferencia abismal entre comunidades
A la hora de recibir una herencia no será el domicilio del beneficiario el que determine el impuesto que debe pagar, sino que será el código postal de la persona fallecida la que estipule dónde se deben pagar los impuestos. Como cada comunidad autónoma tiene el derecho de decidir cuánto deben abonar los herederos con estos impuestos, existe una gran diferencia entre recibir una herencia en Andalucía o en Asturias.
Comunidades como Madrid, Andalucía, Murcia o Cantabria aplican bonificaciones de hasta el 99% para herederos directos. En la práctica, significa que la mayoría de las familias no pagan nada o apenas unos euros.
Por el contrario, otras comunidades mantienen reglas mucho más estrictas. En regiones como Asturias, la Comunitat Valenciana o Castilla y León, el impuesto sigue siendo notable y puede alcanzar cifras elevadas cuando la herencia es grande. Heredar una vivienda, varios inmuebles o patrimonio financiero puede disparar la factura incluso hasta los seis dígitos.
Un ejemplo frecuente: un hijo adulto que recibe una herencia valorada en 800.000 euros puede no pagar nada si el fallecido vivía en una comunidad con bonificación alta, como Madrid o Andalucía. Pero si vivía en otra región con beneficios más limitados, el importe podría situarse por encima de los 100.000 euros en caso de que fuese en Asturias, por ejemplo.
Cuestiones prácticas: plazos, trámites y particularidades
El impuesto debe presentarse en la comunidad en la que residía el fallecido, con un plazo habitual de seis meses desde el fallecimiento. En determinadas circunstancias, se permite una prórroga, aunque esta debe solicitarse dentro de los cinco primeros meses.
Si la herencia incluye seguros de vida, estos tributan también por sucesiones, pero su tramitación suele ser independiente. Esta separación permite que el beneficiario del seguro reciba el importe antes de pagar el impuesto, algo que facilita cubrir la cuota cuando no se dispone de liquidez inmediata. Por el contrario, los planes de pensiones no forman parte directamente de la herencia: cuando el beneficiario los rescata, tributan en el IRPF como rendimiento del trabajo.
También pueden deducirse cargas como hipotecas pendientes o deudas vinculadas a los bienes heredados, lo que reduce la base imponible.
Antes de aceptar de pleno la herencia, se suele analizar la normativa fiscal de la comunidad autónoma del fallecido, ya que determinará el coste final. También se revisa el valor real de los bienes, la existencia de deudas o la posibilidad de contar con liquidez suficiente para afrontar el pago del impuesto.
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