La Agencia Espacial Europea avanza que los restos de la tormenta solar aún pueden causar problemas por "actividad climática espacial severa"

La ESA adelanta que "tenemos observaciones de más CME (eyecciones de masa coronal) en erupción desde el Sol" por lo que prevé "que la actividad climática espacial severa continúe durante la segunda mitad de esta semana"

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Los científicos creen que las tormentas solares van a seguir intensificándose
Los científicos creen que las tormentas solares van a seguir intensificándose

A principios de esta semana la Agencia Espacial Europea (ESA) observó dos fuertes erupciones solares que generaron dos eyecciones de masa coronal (CME) hacia la Tierra y que terminaron por desembocar una tormenta geomagnética de intensidad G4. La erupción más poderosa se observó el martes 11 de noviembre y que provocó una llamarada posterior que viajaba hacia la Tierra a una velocidad inicial de 1.500 km/s, a donde se estimaba que llegaría el miércoles 12 por la tarde o este jueves 13 por la mañana.

El golpe de estas eyecciones consecutivas provocó una gran perturbación geomagnética en el planeta, afectando a satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación, unos efectos que pueden seguir produciéndose en los días siguientes ya que la Agencia Espacial Europea adelanta que "tenemos observaciones de más CME (eyecciones de masa coronal) en erupción desde el Sol, por lo que se prevé que la actividad climática espacial severa continúe durante la segunda mitad de esta semana".

Estos son los efectos de una tormenta solar sobre el planeta

En su página web, la Agencia Espacial Europea explica que durante una tormenta solar, el Sol puede seguir la siguiente secuencia de eventos, aunque no todos los elementos son evidentes cada vez.

Cuando estalla una erupción solar, la explosión puede liberar tanta energía como mil millones de bombas atómicas. Un torrente de ondas electromagnéticas sale del Sol a la velocidad de la luz y llega a la Tierra ocho minutos después, lo que podría interrumpir las transmisiones de radio de onda corta y causar errores en los sistemas de navegación.

A continuación, una fracción de hora por detrás, hay partículas energéticas solares de alta velocidad que incluyen protones, electrones y partículas alfa. Esta radiación puede dañar a los astronautas, dañar las naves espaciales y puede producir una cascada de partículas secundarias en nuestra atmósfera que podrían causar errores en los componentes electrónicos si llegan al suelo.

Una llamarada a menudo va acompañada de una gran erupción de gas ionizado de la atmósfera exterior del Sol, conocida como eyección de masa coronal (CME). Una CME crea ráfagas y ondas de choque en el viento solar, que, si se dirige hacia la Tierra, puede tardar entre 18 horas y unos pocos días en llegar a nosotros.

Cuando una CME llega a la Tierra, estresa su campo magnético, causando una tormenta geomagnética. Esto hace que las agujas de la brújula se desplacen y puede provocar sobretensiones dañinas de corriente eléctrica en estructuras metálicas largas, como líneas eléctricas y tuberías. Durante las tormentas geomagnéticas, las partículas del espacio encuentran caminos hacia la atmósfera superior, donde chocan con átomos y moléculas, creando auroras.

Las corrientes inyectadas en la atmósfera no solo producen luz, sino que también pueden calentar la atmósfera superior de la Tierra, haciéndola hincharse y aumentando su resistencia en los satélites de baja altitud. Si un satélite no compensa usando sus propulsores, puede ser arrastrado fuera de órbita. Este efecto también tiene un lado positivo, ya que ayuda a arrastrar los desechos espaciales hacia la atmósfera, donde se queman.

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