Tradicionalmente, los gastos de los décimos de Navidad se suelen compartir. Unos lo hacen por ampliar sus opciones de cara a un hipotético premio, otros por compartir la fortuna con sus familiares o amigos más íntimos y otros simplemente por motivos económicos.

También suele ser habitual que las empresas adquieran series completas del mismo número que luego reparten entre sus empleados, ya sea a modo de aguinaldo o a través del pago correspondiente del trabajador. Y es aquí donde reside precisamente uno de los grandes riesgos de este sorteo, en que el premio recaiga sobre una grande parte de sus trabajadores, sobre todo porque hasta 4 de cada 10 españoles aseguran que dejarían de trabajar si resultaran agraciados con un dinero suculento.

Algunas compañías de seguros cubren al empresario en caso de que sus empleados premiados decidan marcharse tras ganar la lotería de forma masiva. Estas pólizas -no tan frecuentes en España pero sí en otros países como Inglaterra- se hacen cargo de los gastos derivados de contratar a una agencia de selección de personal y también los que tienen que ver con las horas extra que se hayan tenido que abonar a los empleados que han seguido trabajando.

Este tipo de seguros, en cualquier caso, resultan de gran ayuda para sectores con mucha movilidad laboral, pues también cubren al empresario si la competencia ficha a sus mejores talentos o se produce un robo de datos e información.

Cómo compartir el décimo con seguridad: 3 de cada 4 lo comparten

Debido a la crisis económica provocada por el coronavirus, son muchas las personas que comparten el gasto de los décimos para poder optar a uno de los premios. Esta puede ser la mejor o la peor decisión de nuestras vidas. 3 de cada 4 españoles lo comparten pero, ¿saben realmente lo que están haciendo?

Para compartir los décimos de manera segura, solo hay que seguir unos sencillos pasos. Lo primero que deben hacer las personas es fotocopiarlo y repartir una copia entre cada uno de los jugadores. En tiempos donde la digitalización apremia, un simple grupo de WhatsApp donde aparezca el portador y los beneficiarios, una imagen del décimo y un mensaje explicativo con la cantidad aportada por cada uno.

Hay que recordar que los décimos son al portador. Es decir, los cobra la persona que los tiene en su poder, por lo que los contratos verbales no sirven de nada a la hora de la verdad.