Filomena fue sin duda el nombre propio que protagonizó el inicio de 2021. Allá por enero, la Agencia Estatal de Meteorología alertaba de una borrasca que iba a producir una bajada importante de la cota de nieve en el centro peninsular. En la provincia de Cádiz, el fenómeno con nombre de mujer dejaba, además de una caída en picado de los termómetros, lluvias persistentes y fuertes vientos que empañaron, aún más si era posible con el covid, la celebración de la festividad de los Reyes Magos.

Uno de los primeros que auguró la llegada de Filomena fue Jorge Rey, un joven meteorólogo de apenas 14 años que adelantó la llegada del temporal usando el método de las cabañuelas.

Ahora Rey ha vuelto a predecir un fenómeno similar y da una fecha aproximada en la que podría producirse: el 24 de enero próximo. Adelanta además que será un invierno duro y con heladas intensas.

¿En qué consiste el método de las cabañuelas?

El método que se emplea en España para hacer un cálculo más o menos correcto puede ser bastante complejo y se basa en observar los vientos, formas de nubes, mareas, estrellas... de los primeros 24 días de agosto.

Para calcular el tiempo, cada día del 1 al 12 corresponde a un mes del año siguiente. Y lo mismo sucede del 13 al 24 de agosto. En la primera quincena (las cabañuelas de ida), el día uno corresponde al mes de agosto, el dos a septiembre y así sucesivamente hasta llegar al 12 (julio). La segunda quincena (cabañuelas de vuelta), que sirve para afinar más la precisión, tiene un orden inverso: 13 de agosto es para julio, el 14 para junio y así hasta llegar al mes de agosto el día 24.

Una vez pasado el mes de agosto completo, para saber qué tiempo predominará en cada mes habrá que analizar el clima que hacía en el día de agosto referido a ese mes concreto y hacer una especie de media. Es decir, si queremos saber el tiempo que hará en octubre por ejemplo tendríamos que ver el tiempo que hizo el día 3 de agosto (cabañuela de ida) y el 22 (cabañuela de vuelta).

¿Es fiable este método de pronóstico?

Las cabañuelas carecen de toda base científica porque el tiempo el tiempo de agosto no tiene nada que ver con el que hace en enero, por ejemplo, sin embargo es un método que se mantiene como tradición popular en muchos pueblos.