Unos 125 años muy bien llevados
La plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda se estrenó tal día como hoy del año 1900
Es la única de traza neomudéjar de la provincia
Torearon el primer día Hermosilla y Bombita, y Manuel Cuadrado
Arrebato sin premio para Morante en una alborotada corrida
Tal día como hoy hace 125 años se estrenaba la plaza de toros de Sanlúcar, su tercer gran cumpleaños ya que en el centenario, con Paco Dorado de empresa y un Ayuntamiento propietario que acometió importantes obras en el coso, la ocasión se celebró debidamente.
Hoy, el empresario Carmelo García y el concejal de la oposición David González Lora, junto a una importante comisión organizadora, impulsan el acontecimiento. En el 75 aniversario torearon Marismeño, Paco Alcalde y Montiel con toros de Osborne Domecq Hermanos.
Con ocasión del centenario, escribíamos que a pesar de que por toda España proliferan plazas de toros de estilo neomudéjar, en la provincia de Cádiz solamente la de Sanlúcar tiene ese aire en su diseño.
El toreo es muy antiguo en Sanlúcar, desde los tiempos de la lidia ecuestre. Ya en 1759 la autoridad permitió correr toros por las calles sanluqueñas y el historiador taurino local Servando Repetto, en su magistral libro sobre el matador Manuel Hermosilla Llanera, detalló los escenarios del toreo en la ciudad de la manzanilla desde el siglo XVI: en las plazas de Arriba y de la Ribera, en el Campo de San Francisco, Palmar de San Sebastián, patio del castillo de Santiago, huerta de Santo Domingo, en un patio interior del convento de San Francisco, en una bodega frente al paseo del Pino en la calle del Molinillo...
En 1898, le tocó a la zona de las barrancas próximas a la ermita de Las Cuevas, donde comenzó la construcción de la actual plaza. Muy cerca, un colosal pino servía de marca para la navegación por el Guadalquivir, y dio nombre a la plaza.
Una sociedad de empresarios locales encargó la obra al arquitecto Antonio Arévalo Martínez y comenzaron los trabajos el 16 de julio de 1898. Arévalo trazó una hermosa y acogedora plaza, con muy buena visión y con dos pisos, uno de tendidos y otro de gradas. Los palcos quedaban reservados al lienzo de la presidencia y la capacidad inicial era de seis mil localidades.
El ruedo mide 37 metros y contaba el coso con las dependencias precisas en la época: ocho chiqueros, cuadra para treinta caballos, tres corrales, enfermería y conserjería. El edificio se dedicó exclusivamente a toros, sin que sus bajos albergaran otros usos.
El coso se inauguró a los dos años de empezar las obras, el 15 de julio de 1900, con una corrida de toros de Carlos Otaolaurruchi que costó 9.000 pesetas para un mano a mano entre el legendario y gran torero sanluqueño Hermosilla y Bombita. La terna se completaba con Algabeño -padre lógicamente- que no pudo torear convaleciente de una cogida en Badajoz, donde un toro de Miura mandó al sevillano a la cama.
El primer toro que pisó el albero sanluqueño fue un “Fortaleza”, número 72 y el primer presidente fue Leopoldo del Prado. Los toros del encierro fueron “Haraposo”, “Flautero”, “Lombriz”, “Fanfarrón” y “Baquetero”. A petición del público cedió el Bomba el último astado al banderillero Manuel Cuadrado Montaño “El Gordito”, muerto por cornada en 1910 en Potosí.
Pero hubo antes una inauguración extraoficial, el verdadero estreno de la plaza, el 1 de julio. Constructores, arquitecto y aparejadores, solicitaron una novillada de prueba que se dio con Machaquito y Lagartijo Chico en mano a mano.
La novillada fue de Miura, costó cuatro mil pesetas y las entradas de sombra se vendían a tres pesetas y media. Este festejo había sido ignorado por todos los investigadores taurinos hasta que fue publicado por el autor de esta información en el libro “Plazas de toros de la provincia de Cádiz” en 1995.
De esta forma, el primer corniportante que se lidió en este coso era negro, marcado con el hierro de Miura y se llamó “Botello”.
La plaza tiene una fecunda historia. Su primer propietario y promotor fue aquella sociedad anónima de cien accionistas costando cada título mil ciento veinticinco pesetas. En 1914 pasó la propiedad a Rafael Surga Molina y el Ayuntamiento la adquirió a sus herederos a plazos , por 90.000 pesetas.
Estuvo la plaza cerrada de 1929 a 1932 y fue reinaugurada el 25 de junio de aquel año por la empresa Martínez y Moraira con un cartel de reestreno en el que alternaron Juan Martínez “Chocolate” -padre del colosal torero Limeño- y Paginito de Chipiona.
Las viejas gradas de madera del tendido alto fueron sustituidas en 1962 por otras de mampostería.
La plaza ha sido escenario de grandes faenas: la histórica tarde de agosto de 1913, día 24, de Joselito el Gallo; la no menos legendaria faena de Rafael Albaicín y otras que guardan los actuales aficionados sanluqueños en el recuerdo.
Lo peor, la muerte de Faustino Posada, en 1907, en un mano a mano con Corchaíto, con un novillo de Miura; lo mejor, la calidad y número de los toreros que han salido de este coso. Y una curiosidad, apenas solo dos figuras históricas del toreo nunca torearon en Sanlúcar: Manolete y Luis Miguel Dominguín.
Feliz aniversario.
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