A Vueltas con La Riada. Drama y ocasión
60 años de la riada de Chiclana
La exposición del Museo de Chiclana “nos transportará al contexto de La Riada y a los sentimientos que suscitó; a lo visible y a lo invisible, que de una y otra cosa quedan huellas”
Dentro de su programa de Exposiciones Temporales, el Museo de Chiclana reserva cada año algunas fechas/algunos espacios para abordar con mayor amplitud y de manera monográfica algunos asuntos ya presentes en la Exposición Permanente del mismo. Estas exposiciones son englobadas, a modo de sección dentro del total, bajo la denominación común de ‘Contextos del Museo de Chiclana’. Este año, por ejemplo, ‘Contextos’ ha ofrecido al público la posibilidad de adentrarse en fondos del Museo no expuestos de manera permanente con dos exposiciones dedicadas al bodegón y al retrato o de acercarse a la vida del Padre Salado, a través de ‘Fernando Salado Olmedo, sacerdote y ciudadano’, celebrada con motivo del 150 aniversario del nacimiento de éste. Porque, a veces, ‘Contextos del Museo de Chiclana’ se apoya en la ocasión que ciertas efemérides brindan.
Es así como ahora, sesenta años después de aquella inundación, le llega el turno a La Riada (sic), que, aunque hubo otras, ésta es la que se apropió del nombre, y los nombres propios -así nos lo dijeron en la escuela- se escriben con mayúsculas.
El primer aniversario, aun tratándose de sólo un año, es un número redondo. Hay otros: los cinco años, los diez, por ejemplo, o los veinticinco. Y no digamos los cincuenta. Por ello, la gran exposición sobre La Riada de Chiclana fue la que tuvo lugar en este mismo Museo en 2015. Pero fue el acontecimiento de tal magnitud que, aferrado a la memoria particular y colectiva, permanece, reapareciendo guadiánicamente de cuándo en cuándo. Y desde el Museo, aun conscientes de que sesenta años son menos que cincuenta, hemos querido volver sobre ello aportando con esta sencilla/humilde exposición nuestro grano de arena en la frágil batalla de la memoria contra el olvido.
Una caótica lluvia -¡lluvia había de ser!- de ideas -datos objetivos y subjetivas vivencias- recibe al visitante de ‘A vueltas con la riada / 60 años’ antes de adentrarse en la reflexión -reflexión más que relato- propuesta, a través de piezas y documentos diversos que nos transporta al aquí de entonces, tan otro lugar aquel tiempo: periódicos y revistas ilustrados que, al momento y para luego, recogieron el momento; revistas y publicaciones que al cabo del año, o de los cuarenta o de los cincuenta años han rememorado todo aquello; fotografías -entre ellas, más de una decena de originales adquiridas hace un tiempo por el Museo que ilustraron publicaciones varias- o interesantes fotos procedentes del Archivo Municipal; entrevistas y artículos; o planos y maquetas como las que para la ocasión ha cedido José Velázquez Morales; etcétera. Elementos todos que nos transportarán al contexto de La Riada y a los sentimientos que suscitó; a lo visible y a lo invisible, que de una y otra cosa quedan huellas.
Una exposición más sobre el asunto. Porque el tiempo pasa y el número de los testigos directos va menguando. Porque hay que refrescar la memoria de quienes aún la conservan. Y porque, carrera de relevos, va tocando pasar a las nuevas generaciones el testigo de aquel episodio dramático que supuso un punto de inflexión en el devenir de Chiclana. Porque La Riada puso fin a una época y nos abrió -inaugural- a otro tiempo. Porque ver las posibilidades es una manera honda de ver y la aceptación de la realidad -que nos rodea y que, agentes transformadores, somos- poco tiene que ver con la pasiva resignación ante la realidad que nos cruza de brazos como ajenos a ella.
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