La dieta en los Colegios, mirada "con lupa"
ALIMENTACIÓN
La Junta de Andalucía busca combatir la obesidad infantil con un nuevo decreto que regulará una alimentación saludable en los colegios y otros centros públicos de la región
La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía trabaja ya en la regulación de una oferta alimentaria “saludable y sostenible” en colegios, entre otros centros, con la dieta mediterránea como referente, con la que busca “contribuir a la reducción del sobrepeso y obesidad de la población andaluza, en especial de la infantil y juvenil”.
Así se recoge en el texto del proyecto de decreto de la Consejería de Salud y Familias “por el que se garantiza la oferta alimentaria saludable y sostenible en centros docentes, sanitarios, sociales, sociosanitarios y dependencias del sector público radicado en Andalucía”, actualmente sometido al trámite de audiencia e información pública y consultado por Europa Press.
El decreto parte de la premisa de que la obesidad infantil constituye, “por sus repercusiones sanitarias, sociales y económicas, un importante desafío para la sociedad contemporánea”, y entre sus objetivos figura el de garantizar dicha alimentación saludable “siguiendo los principios básicos del patrón de dieta mediterránea”, y su ámbito de aplicación se extiende a centros que imparten enseñanzas de Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional e Idiomas, así como enseñanzas artísticas, deportivas, de educación de personas adultas y universitaria.
Productos saludables
Para elaborar los menús escolares se tendrán en cuenta los productos de la zona y de temporada
También se quiere aplicar este decreto a centros de Educación Especial, a residencias escolares y escuelas-hogar, a centros que impartan formación profesional para el empleo, centros sanitarios, centros de servicios sociales destinados a menores, mayores y personas con discapacidad, además de “otros centros sociosanitarios con régimen de internado o estancia de día”.
La clave, la dieta mediterránea
Para elaborar los menús escolares, el proyecto de decreto contempla que en su elaboración “se tendrán en cuenta las características gastronómicas de la zona y los productos de proximidad, temporada y ecológicos, tomando como referencia la dieta mediterránea”. Además, se señala, entre otras cuestiones, que “el tamaño de las raciones servidas debe ser el adecuado a las necesidades nutricionales del alumnado”. Para su cálculo, “se debe contar con un procedimiento documentado, y para servirlo será necesario un mecanismo de medición”. Igualmente, el proyecto de decreto prevé que “no se permitirá al alumnado repetir plato, excepto en el caso de verdura cruda y fruta”.
La Junta establece asimismo que los centros docentes, “directamente o a través de las empresas que presten el servicio de comedor”, programarán los menús escolares “para periodos de cuatro semanas”, y “la Consejería competente en materia de salud” podrá “evaluar” dichas programaciones.
El proyecto de decreto dedica también un artículo a detallar los recursos con los que deben contar los servicios de comedor, entre los que figuran “menús especiales”, y dedicados a alumnos “con alergias o intolerancias alimentarias diagnosticadas por especialistas y que, mediante el correspondiente certificado médico, acrediten la imposibilidad de ingerir determinados alimentos que perjudican su salud”.
El documento precisa que, “cuando las condiciones organizativas, o las instalaciones y los locales de cocina no permitan cumplir las garantías exigidas para la elaboración de los menús especiales, o el coste adicional de dichas elaboraciones resulte inasumible, se facilitará al alumnado los medios de refrigeración y calentamiento adecuados, de uso exclusivo para estas comidas, para que pueda conservarse y consumirse el menú especial proporcionado por la familia”.
Contra el desperdicio alimentario y la venta de alimentos con demasiada sal o azúcar
Además, la Consejería de Salud también quiere prohibir “la venta en los centros docentes de alimentos y bebidas con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal o azúcares”, así como “bebidas con bajo valor nutritivo y de alto valor energético entre las personas menores de edad”, lo que también se recoge en el proyecto de decreto.
La normativa que prepara la Consejería también prevé que “en las celebraciones organizadas en los centros de educación infantil, educación primaria y educación especial” -como cumpleaños de alumnos o fiestas de fin de curso- “no se podrá ofrecer ningún tipo de alimento o bebida que no cumpla con los criterios para la oferta alimentaria presente en máquinas expendedoras, cantinas y quioscos de este decreto”. Entre dichos criterios figuran que los productos tengan “un valor energético inferior a 200 kilocalorías”, así como que las kilocalorías procedentes de grasas saturadas representen como máximo el 10% del total, y que los productos contengan “un máximo de 0,5 gramos de sal” y no cuenten con “edulcorantes artificiales” ni cafeína.
De igual modo, “los centros incluidos en el ámbito de aplicación de este decreto deberán establecer medidas encaminadas a limitar el desperdicio alimentario”, según el texto sometido a información pública, que también pretende que se fomente “el consumo gratuito de agua potable” en los centros escolares y de formación profesional para el empleo “como primera medida de hidratación, así como la reducción de la ingesta de bebidas refrescantes hipercalóricas y energizantes”.
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