Susto del Amor en San Pedro
Puerto Real
Un accidentado sábado de pasión, impidió salir al Cristo del Amor y a la Virgen de la Esperanza
El riesgo de precipitaciones era muy elevado, pero aún así, los cofrades de la Asociación parroquial del Cristo del Amor y la Virgen de la Esperanza decidieron salir a la calle "acortando el recorrido lo máximo posible". Tras la misa previa al Domingo de Ramos, prepararon todo para adelantar la salida. En torno a las 19:30h se abrieron las puertas del templo y empezaron a procesionar los miembros de la asociación. En el interior de San Pedro Apóstol, también se preparaba la complicada maniobra que los cofrades deben realizar para que la imagen del Cristo pueda salir por la puerta. Fue en ese momento, cuando se oyó en la parroquia un lamento generalizado. Uno de los anclajes que sujetan la talla al paso se soltó, y la imagen se desprendió hacia atrás quedando colgada, a punto de caer al suelo. A partir de ese momento, la meteorología dejó de ser un problema y la tensión aumentaba por segundos. La cuadrilla de cargadores que dirige Fernando Reyna, sujetó con cuidado la imagen para evitar que terminase de desprenderse y volvieron a colocarla con nerviosismo, esta vez, bien anclada. En la parroquia apenas quedaban fieles, pero los miembros de la asociación y componentes del cuerpo de acólitos, reflejaron en sus caras el sufrimiento y la angustia. Lágrimas de temor a lo que podía haber pasado. Afortunadamente la imponente talla del escultor sevillano Fernando Aguado no sufrió ningún daño.
Una vez templados los nervios, la imagen atravesó las puertas de la parroquia para encontrarse con los fieles. Pero cuando la banda de música Virgen de la Estrella de Puerto Real empezaba a interpretar el himno de España, de nuevo, empezó a llover y la imagen volvió a su templo. El Cristo del Amor sólo estuvo unos segundo fuera de la parroquia, de hecho ni tan siquiera llegó a salir del porche. La de ayer fue la primera vez que la imagen no procesiona un Sábado de Pasión a causa de la lluvia. Tampoco pudo hacerlo la Virgen de la Esperanza que tenia previsto salir del templo, portada por una cuadrilla de mujeres, para recibir al Cristo en su recogida. Con la procesión ya suspendida, comenzó en el interior de la iglesia un emotivo vía crucis que fue intercalado con el mecido de ambas imágenes, al son de las marchas procesionales, que por momentos, sonaron al unísono con las voces del coro rociero de la barriada. La feligresía de San Pedro Apóstol se agolpaba en la puerta del templo para ver una estampa insólita, aunque no deseada.
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