La Tribuna Cofrade

La fuerza de las Glorias

  • En el Consejo solo contabilizan siete cofradías letíficas, cuando son muchas más, en torno a la quincena

  • El bonito homenaje del cartel de las Glorias al de la Semana Santa de hace 20 años

Pregón de las Glorias que Iván Roa pronunciara en la Catedral el viernes de la pasada semana.

Pregón de las Glorias que Iván Roa pronunciara en la Catedral el viernes de la pasada semana. / Consejo de Hermandades

Empieza su tiempo, ese otro tiempo en el que la ciudad devuelve las túnicas y antifaces a sus armarios y disfruta de las cofradías a rostro descubierto y con el deber de la historia pesando como pesan los pasos en el camino de vuelta. Las Glorias ya han anunciado su llegada, con un cartel sin carteles y con un pregón que ha subido un peldaño en su categoría con la Catedral como escenario. Hoy mismo sale la imagen vicaria de la Pastora en un rosario infantil para iniciar este tiempo de cultos, procesiones y mucha devoción. Y pese a todo ello, parece que las hermandades de Gloria están faltas de fuerza, como si necesitaran reivindicar a la ciudad y a las instituciones (incluido el propio organismo cofrade) su verdadera realidad, que no es la que dibuja el Consejo.

No lo es porque el Consejo solo cataloga como hermandades de Gloria a la Pastora de Trille, Desamparados, Rocío, Esclavitud del Santísimo, Carmen, Patronos y Merced. Y las Glorias son mucho más que eso, muchas más que esas siete hermandades que pronto quedarán en seis cuando la Merced pase al bloque de penitencia y que hace años perdió -a la espera de alguna confirmación o explicación- al Santo Ángel Custodio. Las Glorias son también Las Penas con su Virgen del Pilar, aunque no procesione; La Palma, el Prendimiento con el Beato, Cigarreras con la Virgen del Amor Hermoso que precisamente este año anuncia este tiempo letífico; y son igualmente la Pastora de Sagasta, María Auxiliadora, la Virgen del Rosario. Incluso la Virgen de Loreto, si algún día vuelve a la calle, sería de este bloque, como en cierto modo lo es Piedad con el culto que le rinde a la Virgen del Poder Divino.

Quizás las Glorias de Cádiz necesitan que en el Consejo cambien las cosas, y que ese pequeño grupo de siete hermandades se amplíe con esas otras cofradías del Consejo que también tienen titulares de Gloria (¿Podrían entrar hermandades como el Caminito con San Nicolás de Bari o Borriquita con San José como titulares?), así como tratar al resto de Glorias no adscritas al Consejo con la misma cercanía y consideración con la que en Semana Santa tratan a la congregación de Ecce Mater Tua.

Quizás también, sólo quizás, a ese bloque enriquecido de las Glorias se le podría sumar un tercer grupo de hermandades sacramentales presidido por la Esclavitud del Santísimo -la única sacramental pura de la ciudad- y formado por todas las cofradías que ostentan el título de sacramental (Borriquita, Cena, Palma, Prendimiento, Caído, Aguas, Medinaceli, Desamparados y Carmen), con el objetivo de revitalizar este culto al Santísimo en la ciudad.

Al colectivo como tal de hermandades de Gloria parece faltarle la fuerza que imprimió en su pregón en la Catedral Iván Roa, la decisión del pregonero a la hora de trasladar sus vivencias y relación con las Glorias, incluso el golpe en la mesa que propinó este cofrade y rociero hacia los catalanes graciosos que han buscado su minuto de gloria (nunca mejor dicho). El peso de cada una de estas cofradías, su historia y su aportación a la ciudad de mayo a noviembre está más que comprobado y es evidente; pero quizá ha llegado a la hora de reivindicar en conjunto este letífico tiempo cofradiero que recorrerá toda la ciudad, de Trille hasta la Viña.

EL DETALLE. Del tal palo... tal cartel

Cartel de las Glorias de Cádiz 2023, de Belén González García-Negrotto. Cartel de las Glorias de Cádiz 2023, de Belén González García-Negrotto.

Cartel de las Glorias de Cádiz 2023, de Belén González García-Negrotto.

Hay homenajes que van más allá de una laudatio y la entrega de un presente; conmemoraciones que se festejan de manera discreta, declaraciones de amor que emergen de forma subconsciente. Como ocurre con el cartel de las Glorias que hace unos días presentó el Consejo de Hermandades. Belén González se estrena en las lides cofradieras con una obra que enlaza casi a la perfección con otro cartel anterior, como un padre y una hija que se dan la mano para recorrer el camino de la vida. Uno ve el cartel de las Glorias de este año y la mente lo lleva al cartel de la Semana Santa de 2003, ese que abrió el camino a la pintura en una ciudad que estaba anclada en los concursos fotográficos (otra de las aportaciones de Evelio Ingunza a las cofradías). Al igual que un hijo recuerda a un padre por sus gestos o su parecido físico, el cartel de Belén González hace brotar la figura de Luis Gonzalo González, su padre.

Cartel de la Semana Santa de Cádiz 2003, de Luis Gonzalo González. Cartel de la Semana Santa de Cádiz 2003, de Luis Gonzalo González.

Cartel de la Semana Santa de Cádiz 2003, de Luis Gonzalo González.

La providencia -¿o ha sido algo intencionado por parte del Consejo?- ha hecho que justo 20 años después de que Luis Gonzalo González pintara esa “saeta pictórica” (como él mismo definiría) presidida por el Señor de la Salud de Cigarreras para anunciar la Semana Santa, su hija Belén elija misma cofradía (en este caso con la Virgen del Amor Hermoso) y mismos conceptos y técnicas pictóricas para anunciar las Glorias de 2023. Un bonito homenaje a su padre que encierra este anuncio gobernado por el azul, el color del cielo que tan presente habrá estado en este estreno cofradiero de Belén González.

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