La devoción por el Nazareno de Santa María traspasa las fronteras del propio barrio y para ello es denominado el Señor de Cádiz. Lo que nadie podía pensar es que esa devoción podía llegar a un armenio afincado en Sevilla llamado Emil Petrosyan.

¿Qué hace un hombre nacido en el Este de Europa siendo hermano de esta cofradía? La historia no tiene nada de casualidad y sí mucho de orígenes que le vincula a otros compatriotas suyos siglos atrás. Cuando Emil llegó a España hace 17 años, trató de buscar la vinculación de alguna iglesia española con Armenia, pero no la encontró por ningún lado.

Sin embargo, este hombre relata que a través del que era vicario general de la Iglesia Apostólica Armenia en España y Portugal, Reverendo Padre Sasoon Zumrookhdian, tuvo conocimiento de que había unos azulejos en la iglesia de Santa María que habían sido donados por unos armenios que estaban radicados en la ciudad de Cádiz en el siglo XVII y que eran comerciantes.

Así, los azulejos holandeses del siglo XVII que decoran la Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno fueron donados a la cofradía por los hermanos de origen armenio David y Pablo de Zúcar, como se puede leer, tanto en castellano como en armenio, en varios azulejos y en la propia pila de agua bendita de la Iglesia y que todavía se conservan. Petrosyan afirma que “siento mucha emoción que esta huella de los armenios se haya mantenido después de cuatro siglos”.

Estos armenios eran cristianos, ya que hay que tener en cuenta que aquella zona fue la primera que abrazó esta religión en el año 301. No fue la única huella que dejaron en Cádiz ni tampoco en la cofradía del Nazareno, ya que Luis de Jácome fue el que donó la cruz de carey del Señor.

Se da la circunstancia de que en tiempos de Carlos II se decretó la expulsión de muchos extranjeros y estos armenios que residían en Cádiz pudieron salvarse gracias a que pudieron demostrar la vinculación y la ayuda que había prestado a Santa María

Emil Petrosyan tuvo un flechazo y gracias al sacerdote, se pusieron en contacto con la cofradía y en el año 2011 realizaron la primera peregrinación de armenios a Santa María, que se ha llevado a cabo después durante algunos años. También anualmente se ha realizado una misa en Santa María con el rito armenio, ya que ellos son apostólicos y no católicos.

Petrosyan afirma que sintió “una enorme emoción” cuando accedió por primera vez a Santa María y, por ello, se dio de alta como hermano del Nazareno.

Hace dos años Petrosyan tuvo un problema porque quisieron expulsarle del país después de 15 radicado en Sevilla. El y su familia venían huyendo de un país en problemas y en guerra con Azerbayán que les hizo tomar la decisión de marcharse de allí. El no tener pasaporte le complicó la vida hasta que por fin consiguió arreglar sus papeles. En esos momentos tan malos, “la gente del Nazareno estuvo muy cerca de mí”.

Se da la circunstancia de que este armenio es también hermano de la Macarena, con la que procesiona en la Madrugá sevillana, por lo que le impide salir con la de Santa María. Por ello en 2019 decidió acompañar a la cofradía gaditana en la procesión de Corpus “y tuve el enorme honor de portar el estandarte de la cofradía. ¿Cómo no iba a hacerme hermano del Nazareno? Soy el cuarto compatriota que he sido hermano pero el primero del siglo XXI”.

Este políglota que habla un perfecto español es uno de los motores de la comunidad armenia y en Sevilla tiene varios proyectos que nacen a través de la Asociación de Armenios Erebuni, entre ellos la de la creación de una escuela para enseñar armenio a los niños con origen en este país.