La Tribuna Cofrade

Villancicos a la Esperanza

  • Ha causado sorpresa ver a las Dolorosas de Cigarreras y el Amor en la calle en Adviento y con cantos navideños

  • ¿Qué hubiera pasado con una restauración más a fondo de Humildad?

La Virgen de la Esperanza, del Nazareno del Amor, el pasado sábado en rosario público por la calle Ancha.

La Virgen de la Esperanza, del Nazareno del Amor, el pasado sábado en rosario público por la calle Ancha.

La ciudad andaba ya a otra cosa. No es que sea especialmente navideña en cuanto a iluminación y actividades públicas se refiere, pero rebosaban las terrazas de reuniones de amigos cuando irrumpieron en la calle las Esperanzas. Dos, cada una en un punto del casco histórico. Cigarreras por el barrio de Santa María, y la del Amor por la zona céntrica por antonomasia. Y fue esta segunda Dolorosa la que provocó una sorpresa mayúscula, al estar acompañada durante el recorrido por villancicos, interpretados por el coro Virgen del Carmen, de Luis Rivero.

Esa estampa de la Virgen de la Esperanza recorriendo las calles iluminadas de Navidad y acompañada de villancicos ha causado opiniones de diverso tipo, entre aquellos que aplauden la iniciativa de la hermandad del Amor y los que se confiesan confundidos de que en Adviento, a la espera del nacimiento del Señor, recorra las calles una Dolorosa, y que a una Virgen Dolorosa se le canten villancicos por salir a la calle en diciembre.

La clave de todo esto radica en la personalidad que las cofradías acostumbran a dar a muchas normas, fiestas y medidas de la Iglesia Católica. Y aquí se han dado varias. La primera, según señalan algunos, es incluir a las Dolorosas bajo la advocación de la Esperanza en la fiesta que realmente hace referencia a la Expectación ante el parto, a esa buena esperanza de quien espera la llegada de un hijo. Así, el paso del tiempo haría que de la Expectación, de la O (advocación tomada de las antífonas que se cantan en el rezo de vísperas en la octava de la Navidad, que empiezan con esa exclamación “oh”) se pasara a la Esperanza. Y en Andalucía, las Esperanzas dolorosas se incorporaron a esa fiesta del 18 de diciembre, que la Iglesia utiliza para preparar la llegada del Niño Jesús.

El segundo elemento es el de la Navidad en sí, que cada vez gana más antelación en el calendario, contando la ciudad con las luces encendidas desde finales de noviembre este año. Esto hace que a mediados de diciembre ya la Navidad se vive con plenitud, pese a que la Iglesia la celebra entre el 25 de diciembre y el domingo siguiente a Reyes, fiesta del Bautismo del Señor. Y en relación a este segundo elemento se distingue un tercero, al establecer la Iglesia que el Adviento no es tiempo de villancicos, aunque estos cantos tradicionalmente suenan desde el 8 de diciembre, que era el día en que se bendecían los belenes (que cada vez también se abren antes al público).

Por todo ello, los más puristas católicos entienden que el recorrido de las Esperanzas el pasado sábado tendría que evitarse, para no confundir al público; teniendo en cuenta, además, que ese carácter catequético o pedagógico de las cofradías sigue vigente, más aún si cabe, en los tiempos actuales.

Y frente a ellos, están los que normalizan los rosarios del pasado sábado, puesto que las devociones de la Esperanza son devociones de todo el año, y esas salidas estaban vinculadas a los cultos que hasta ayer celebraron las dos hermandades. Además, en el caso del Amor, entiende esta corriente que estuvo acompañada con cantos relacionados con este tiempo prenavideño que atraviesa el calendario.

Lo que está claro es que las dos Dolorosas lucieron de manera rotunda en sus parihuelas, llevando a la calle esa Esperanza tan necesaria hoy; aunque sea entre luces, guirnaldas y villancicos.

Semana Santa

El cortejo de Borriquita, por la plaza de San Juan de Dios. El cortejo de Borriquita, por la plaza de San Juan de Dios.

El cortejo de Borriquita, por la plaza de San Juan de Dios. / Julio González

La apuesta del Consejo de Hermandades es firme por la normalización de la Semana Santa del próximo año. Horas después de regresar el presidente de Antequera, donde se reunió con el resto de líderes cofradieros de las capitales andaluzas, anunciaron la venta de abonos con absoluta normalidad. No termina de quedar claro si ese anuncio es un mensaje de presión hacia las autoridades, de cara a esa temida restricción pos-navideña; de optimismo hacia el gran público, para que el proceso de venta no sufra una caída por temores; o de valentía ante un escenario que se antoja incierto y complicado a estas alturas del año y con poco más de cien días por delante para el Domingo de Ramos.

Dicho esto, los precios fijados por el Consejo pese a la subida del 11% siguen pareciendo bastante económicos para ver las cofradías sentado en una silla en carrera oficial.

Interés turístico

Hablando de Semana Santa, con la aprobación del Pleno que estaba prevista el pasado viernes y que se ha aplazado a este miércoles está más cerca la fiesta de conseguir esa deseada (y a priori no muy útil) declaración de Interés Turístico Nacional, que al menos sí nos sitúa al mismo nivel que otras muchas semanas santas. Es curioso cómo en el expediente elaborado por el Ayuntamiento para solicitar este reconocimiento se asuma que la Semana Santa “ha carecido, históricamente, de la promoción y la fama que esta celebración ha alcanzado en otras ciudades” por “la peculiar forma de ser de los gaditanos, que a veces no ponen en valor la importancia de su patrimonio artístico y sus tradiciones, quizá porque no se preocupan por lo que piensen fuera de su ciudad, y porque han mostrado una tendencia a disfrutar por sí mismos de los tesoros gaditanos”.

Humildad

Cristo de Humildad y Paciencia, ya restaurado. Cristo de Humildad y Paciencia, ya restaurado.

Cristo de Humildad y Paciencia, ya restaurado. / Julio González

Ha sido unánime el aplauso -una vez más- al trabajo de Pilar Morillo y Álvaro Domínguez con el Cristo de la Humildad. La intervención vuelve a poner en la mesa el debate de las restauraciones y el alcance que deben tener, ya que en este caso se han mantenido en la talla rasgos y elementos que no son originales. ¿Qué hubiera pasado si la restauración hubiera sido exhaustiva, si se hubieran eliminado esos rastros de sangre que son repintes posteriores, o ese mechón del pelo que no es original? ¿Y si se hubiese seguido con la limpieza hasta dar con la blancura que se le supone tuvo en 1638?

Humildad (II)

Más allá de estas dudas, la intervención ha estado a un gran nivel; antes, durante y después. No en vano, la cofradía ultima el acuerdo para que un grupo de expertos universitarios realice una investigación para tratar de saber más respecto a la policromía (que incluso se atribuye a Zurbarán). Y eso por no hablar del simposio celebrado el pasado sábado, que la hermandad ya difunde a través de Youtube y que se quiere plasmar en una futura publicación. Se nota la mano de Carlos Maura en este gran proyecto.

Debates

Al hilo de todos estos asuntos, qué bueno es debatir sobre cualquier aspecto que guarde relación; qué rico es confrontar ideas, cruzar pensamientos distintos, conocer puntos de vista que se salgan del buenismo y de la palmada en la espalda. Hablar de cofradías es de las cosas más gratificantes para el cofrade. Qué lástima que algunos no estén a la altura y deriven siempre hacia el insulto, las alusiones de índole personal y otros resbalones (sin cera en el suelo).

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